El doctor Richard Web Duarte, presidente del Instituto del Perú y ex presidente del BCR, nos adelanta algunos hallazgos sorprendentes sobre el despegue económico y social de la sierra rural, como producto de su último trabajo de investigación que está en vías de ser publicado.
¿Por qué sostiene que la economía de la sierra rural ha empezado un despegue sin precedentes?
Lo digo porque, principalmente, lo constato, y ese es mi trabajo. Mi trabajo es ver qué está pasando en el país, tratar de entenderlo. Toda la vida ha sido ese mi trabajo. Yo empecé y mi primer trabajo fue ser jefe de Cuentas Nacionales y por eso se me ha quedado ese afán de registrar, de documentar – un poco de sesgo contable – qué está pasando. Cuando empecé a estudiar la economía rural lo primero que quería aclarar era qué exactamente había pasado con la economía rural. Hay ideas, yo fui con ideas que se compartían mucho, que se siguen compartiendo. La idea básica acerca de la economía rural, que es una idea que ya tiene décadas, es que la economía rural peruana se ha quedado y por eso se identifica con la alta pobreza, que la pobreza que había originalmente sigue ahí y que poco ha cambiado. Yo escucho esa frase repetidamente y me da mucha pena. Incluso hace poco lo he escuchado de autoridades y me chocó. Ahora, no debería yo quejarme mucho porque cuando yo empecé este estudio yo tenía esa idea y más bien mi hipótesis era que el problema era la distancia, el alejamiento, cómo va a haber desarrollo en lugares así, pero cuando empecé a hacer el estudio rápidamente descubrí que había mucho más movimiento del que me había imaginado, y allí empecé a ver más formalmente las estadísticas, estudios distintos, y poco a poco me fui dando cuenta de que aquí, debajo de nuestras narices, se había venido dando una revolución productiva que no ha sido tomada en cuenta. Y así fui, poco a poco, sumando, restando, buscando indicios, y de allí al final he podido documentar eso: que allí hay un despegue sin precedentes, como dice la pregunta. Ahora, más allá que esa es la razón también es necesario entender por qué, por eso mi investigación se ha ido especialmente a eso, o adicionalmente a eso, y ese es el tema comunicativo.
¿Cuáles son los impactos más importantes de este proceso para el país?
Reduciendo todo este fenómeno a dos números, que es lo que he documentado, he ido haciendo una historia larga. Regresé hasta el año 1900 para ver cómo había vivido el sector rural peruano. Desde 1900 hasta más o menos a mediados de los años 1990, o sea casi todo el siglo, calculé que el ingreso promedio de la torta rural, o sea del total del ingreso rural excluyendo la gran minería, había crecido del orden de uno y pico por ciento al año, o sea casi nada. No es cero, pero mucho de esto era rural pero en la costa, algo también en la montaña y en algunos valles de la sierra, como el Mantaro, Chancay. Entonces si bien era uno y pico por ciento mucho de eso venía de unos cuantos lugares nomás y la mayoría estaba más cerca a cero, menos de uno en todo caso. Ese es el primer número: durante cien años del orden de uno o menos por ciento de mejora al año, o sea casi un estancamiento. Pero cuando uno ve los números desde el año 1994 para acá el crecimiento promedio de ese ingreso es 7% y esto está super-constatado: está en las estadísticas de la producción agropecuaria. La producción agropecuaria empieza a saltar en todo el país desde mediados de los años 90’. Antes tuvo épocas algo mejores, pero después tuvo un largo estancamiento en los 70’, 80’, pero ahora ha dado un despegue. Cuando uno mira no toda la agricultura, sino la agricultura de la sierra, es de igual velocidad el crecimiento y esa es la suma de la producción. Hay papas, tara, maíz, todo lo de siempre, y hay algunos productos nuevos que están entrando, pero mayormente es lo de siempre. Y en productividad hoy han salido unas estadísticas de cómo se han ido achicando los minifundios en los últimos censos agropecuarios. Es cierto, y la gente lo considera terrible, un desastre, pero mira, está revolución productiva se está dando en los minifundios, porque no hay mucho más allá de los minifundios en la sierra. Entonces necesariamente se está dando en fundos medianos, pero chicos, y minis; pero no es solo ese aumento de la producción, que es extraordinario, sino también hay un vuelco histórico en lo que yo llamo las transferencias financieras, porque todos sabemos – así aprendimos desde el colegio – que, como era antes, gran parte de lo que se producía en las áreas rurales del país se lo llevaban y se lo metían en su bolsillo unos cuantos hacendados. De lo que se producía 100 se sacaba 20, 30, 50 por ciento, nadie sabe cuánto exacto, pero salía. Y el gobierno no hacía nada en las áreas rurales. Y menos había emigrados que mandaban plata. Todo ha cambiado totalmente, hoy día ya no hay hacendados, para empezar. La población de la sierra tiene gente afuera que manda transferencias considerables, pero especialmente es el gobierno el que transfiere ahora a través de escuelas, postas médicas, construcción de caminos, programas de alimentación, Juntos, etc., una cantidad enorme, que llega a algo así como la cuarta parte del ingreso total rural, o sea ha pasado de ser negativo a ser súper positivo. Entonces se han sumado dos cosas, la gente está produciendo mucho más, pero además están recibiendo. Entre las dos cosas es que se llega al 7% que es fabuloso para el país. Pero día tras día uno lee noticias que dicen que no ha cambiado nada, que la pobreza sigue igual, que el gobierno no hace nada, etc. Para no decir palabras más feas diré que eso es inexacto, no es lo que está pasando.