Por: Yesenia Álvarez
Perú21, 21 de Octubre del 2022
Mediante la Convención Interamericana contra la Corrupción, los Estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) han asumido el compromiso de luchar contra la corrupción. Sin embargo, este espíritu fue el gran ausente ayer en su Consejo Permanente que se reunió para considerar el pedido del presidente Castillo de activar la Carta Democrática Interamericana.
Como era predecible, la Carta se activó en medio de declamaciones populistas, inexactitudes, de espaldas a los hechos y, al parecer, considerando solo una fuente de información que es la de los representantes del gobierno. Así, la OEA resolvió que un grupo de alto nivel realice una visita al Perú y haga un análisis e informe de la situación.
Si la OEA de verdad es una organización que tiene un compromiso con la democracia y contra la corrupción, el gran perdedor de esa visita será el presidente, porque esa misión podrá comprobar que el principal violador de la Carta Democrática es Pedro Castillo.
Fijémonos en el artículo 3° de la Carta que señala que son elementos esenciales de la democracia el ejercicio del poder con sujeción al Estado de derecho y la separación e independencia de los poderes públicos. También en su artículo 4°, el cual expresa que la transparencia de las actividades gubernamentales, la probidad, el respeto por la libertad de expresión y de prensa son componentes fundamentales del ejercicio de la democracia.
Y como se sabe hay contundentes evidencias de que Castillo vapulea todas esas esencias de la democracia. Tiene acusaciones de corrupción, obstruye la justicia, no es transparente, y ataca constantemente a las instituciones y a la prensa.
Si la OEA con honestidad escucha a más fuentes —como la sociedad civil, la prensa, el Congreso, la Fiscalía, la Defensoría, y otras— podrá ser testigo de que las acusaciones de corrupción se ajustan al Estado de derecho y no son actos de desestabilización como quiere hacer creer el gobierno. Podrá ver que la amenaza a la institucionalidad democrática es realmente Pedro Castillo. Que vengan.