Entrevista a Yesenia Álvarez
Perú21, 14 de julio de 2021
Yesenia Álvarez, columnista de Perú21 y activista por causas sociales y derechos fundamentales, analiza la situación que se vive en Cuba en medio de la violencia y represión a la población que pide libertad a gritos.
¿Cómo es la represión en Cuba?
Cuba tiene más de 60 años de dictadura. No hay libertades. Se persigue a periodistas, se persigue a opositores, no hay libertad de reunión, no hay elecciones. Lo que ha implantado Cuba es la sospecha. El régimen se ha valido de eso. De sembrar la sospecha entre ciudadanos. Vivir desconfiando de tu vecino, porque siempre puede haber un vecino que informa al régimen. (La entrevistada se refiere a los Comités de Defensa de la Revolución, integrados por vigilantes de cuadras y barrios y convertidos una suerte de espías del gobierno). Esto se traduce en una presión psicológica y a eso le sumas toda la crisis económica y de salud que se traduce en pobreza.
¿Qué organizaciones son perseguidas?
Las famas de blanco son un grupo de activistas mujeres que se reúnen todos los domingos en una iglesia desde los 90; son familiares de presos políticos. El activismo que hicieron las Damas de Blanco cruzó las fronteras y hay mucho más. El año pasado nació la organización San Isidro, en respuesta a un decreto que pensaba poner censura o control a las manifestaciones artísticas públicas y privadas.
En 2007 fuiste a Cuba, ¿cómo fue tu experiencia?
Fui para conocer a las Damas de Blanco en una iglesia, en vísperas del Día Internacional de los derechos Humanos. La manifestación fue al mediodía. Nos acercamos y nos persiguieron. Luego nos fueron a buscar al hotel. Nos interrogaron y nos prohibieron salir. Había una persona haciendo control, se llevaron nuestros pasaportes. Hablamos con nuestro cónsul y nos expulsaron.
¿Cuál fue el detonante para que la sociedad civil salga a las calles?
El colapso en el sistema de salud. Los miles de muertos por la pandemia, aunque Cuba no habla de sus cifras reales. Y aun así rechazaron a Covax con las vacunas. Los testimonios son conmovedores, dicen: “Yo ya no pude pelear para mis hijos; ahora tengo que pelear para mis nietos”. El régimen se encargó de destruir las esperanzas de progresar y que se pueda reclamar. Cuba está así por su propio gobierno, no por un embargo.