Urpi Torrado
El Comercio, 16 de enero del 2025
“A pesar de su relevancia, los emprendedores enfrentan barreras estructurales que limitan su capacidad de crecimiento y sostenibilidad”.
Existen 3,2 millones de emprendedores en el Perú, lo que demuestra que son un motor clave para la economía, especialmente en un contexto en el que una proporción significativa de la población económicamente activa trabaja en micro y pequeñas empresas. Sin embargo, a pesar de su relevancia, los emprendedores enfrentan barreras estructurales que limitan su capacidad de crecimiento y sostenibilidad, enfocándose en el día a día. Entre los principales obstáculos destacan la informalidad, el acceso al financiamiento, la falta de acceso a capacitación, el bajo nivel de adopción tecnológica y la carencia de políticas públicas orientadas a fortalecer este sector.
Uno de los principales desafíos para los emprendedores peruanos es la informalidad. Según un estudio de Datum, el 71% de los emprendedores no ha registrado su negocio en la Sunat. Esto refleja tanto el desconocimiento sobre los beneficios de la formalidad como la percepción de que el proceso es complicado y burocrático. Muchos emprendedores expresan la necesidad de recibir asesoramiento para regularizar sus actividades, así como facilidades en trámites de licencias, impuestos y registros.
El financiamiento es otro reto significativo. La mayoría de los emprendedores recurre a sus ahorros para iniciar sus negocios. Aunque algunos logran acceder a préstamos de entidades financieras formales, otros dependen de fuentes informales, lo que implica mayores riesgos y costos. Además, muchos de estos emprendimientos aún no generan utilidades: la mayoría apenas alcanza el punto de equilibrio, mientras que solo una cuarta parte reporta ganancias. Esto subraya la necesidad de implementar políticas que fomenten el acceso al crédito formal en condiciones más competitivas. El mismo estudio de Datum revela necesidades con relación a la capacitación. Los emprendedores peruanos manifiestan una necesidad urgente de desarrollar habilidades en administración, contabilidad, manejo empresarial, publicidad y márketing digital. Aunque la tecnología ofrece herramientas poderosas, su desconocimiento limita el potencial de los negocios y sus proyecciones de crecimiento. Los programas de formación no deberían limitarse a enseñar habilidades técnicas, sino que también deberían motivar a los emprendedores a adoptar la tecnología como un aliado estratégico.
Es necesario promover la digitalización mediante subsidios, alianzas con el sector privado y programas gubernamentales. Estas iniciativas optimizarían procesos internos y mejorarían la visibilidad y el alcance de los emprendimientos en un mercado global cada vez más exigente.
Las políticas públicas deben enfocarse en reducir la burocracia, facilitar la formalización y construir un ecosistema favorable para el desarrollo. Esto incluye la creación de plataformas que conecten a los emprendedores con actores del mundo corporativo, con redes de apoyo, mercados internacionales y oportunidades de negocio. Además, se deben establecer incentivos fiscales y programas de mentoría que fortalezcan las capacidades de los pequeños empresarios.
La colaboración entre sectores público y privado es fundamental para alcanzar estos objetivos. Las grandes empresas pueden ofrecer orientación, facilitar el acceso a mercados internacionales e incluso invertir en nuevos emprendimientos. Las instituciones educativas y organizaciones sin fines de lucro pueden desarrollar programas de capacitación adaptados a las necesidades locales.
Más allá de sobrevivir en el día a día, el objetivo debe ser construir negocios que no solo sean rentables, sino que también sean motores de desarrollo económico y social. Aunque el peruano se caracteriza por ser trabajador y creativo, estas cualidades suelen estar enfocadas en resolver problemas inmediatos y no en planificar un crecimiento sostenible a largo plazo. Fomentar una visión emprendedora requiere que estas capacidades se complementen con herramientas que impulsen la planificación estratégica, la innovación y la ambición de trascender. Este cambio en la mentalidad emprendedora, sumado al esfuerzo colectivo para superar las barreras antes analizadas, puede ser el motor para el éxito del emprendimiento en el Perú.