Uri Landman
Para Lampadia
La semana pasada, salió tímidamente en los medios de comunicación, que un equipo especial de las fuerzas armadas encabezado por el jefe del Comando Conjunto, el general del ejército Manuel Gómez de la Torre, había atacado y tomado la base terrorista de Víctor Quispe Palomino, alias “José”, en la zona del Vizcatán, en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) el 11 de agosto.
Según el general Gómez de la Torre: “Se encontró gran cantidad de armamento, municiones, explosivos, como granadas y cohetes inclusive. (También) Su material de comunicaciones. Ello, como les decía, nos ha permitido desarticular su sistema de comando, control y comunicaciones, pero aquí hay algo muy importante también: se han incautado laptops, discos duros, USBs y una gran cantidad de documentación”.
Para los que hemos visto los videos de las operaciones, nos llena de orgullo el valor y profesionalismo de nuestras fuerzas armadas. Cual película de “Rambo”, los comandos peruanos han atacado a los delincuentes terroristas lanzando cohetes desde helicópteros, seguidos de ráfagas de metralletas, para finalmente, deslizarse en sogas hasta la zona más hostil. En una muestra más del heroísmo de nuestras fuerzas armadas, dos soldados perdieron la vida. Según información preliminar, se cuentan entre 10 a 15 terroristas muertos. Lamentablemente no se llegó a neutralizar a “José”, pero se tiene información que está herido de gravedad.
Según los trascendidos en los medios de comunicación, que no he podido corroborar pero que a todas luces parece cierto, el presidente Castillo y su ministro de defensa Gavidia, no estuvieron al tanto de la preparación e implementación de la exitosa Operación Patriota. ¿Será por ello que el ministro Gavidia tuvo que renunciar la semana pasada?
En lugar de felicitar y agradecer públicamente a las fuerzas armadas por su valeroso accionar, la repuesta de Castillo ha sido el silencio. A pesar de buscar en gran cantidad de medios, no encontré una declaración suya respaldando dicha operación. Ni siquiera tuvo la decencia de visitar a los soldados heridos o dar el pésame a las familias de los dos soldados caídos en acción.
¿Qué más podíamos esperar de un presidente que ha copado el ejecutivo con terroristas y filo terroristas? ¿Será acaso que Castillo tenía algún tipo de acuerdo para no atacar a los terroristas a cambio de financiación para su campaña? ¿Habrá alguna información en esas laptops que lo comprometen?
Recordemos que la fiscalía inició investigaciones en el año 2021 luego que Edy Villaroel Medina, conocido como “Sasha”, diera a conocer la presunta vinculación de Guillermo Bermejo, Guido Bellido y Vladimir Cerrón, con los terroristas de Sendero Luminoso en el VRAEM. El “comandante Sasha” sostuvo que Bermejo y Bellido habrían tenido contacto directo con el camarada José en el VRAEM, mientras que Cerrón lo hizo a través de un intermediario conocido como Alex José Pimentel Vidal.
Según “Sasha”, el hombre de confianza de Cerrón- Alex Pimentel- era el presunto encargado de trasladar el dinero que le proporcionaban los cabecillas terroristas, al líder de Perú Libre, para que pueda financiar su campaña.
Varios analistas opinan que la Operación Patriota, ha sido un mensaje directo de las Fuerzas Armadas al ejecutivo.
Este mensaje sería:
“no vamos a aceptar que los terroristas tomen el poder”,
para otros: “no vamos a aceptar que azucen a los ronderos en contra de la población, generando una guerra civil entre peruanos”
Algunos van un poco más allá y afirman que el mensaje sería: “si atacas a la población civil, podemos dar un golpe de estado”.
Por mi lado, no suscribo la última interpretación. Las fuerzas armadas en nuestro país nunca darían un golpe de estado para sacar a Castillo del poder y poner de manera transitoria al presidente del Congreso y convocar nuevas elecciones como manda la Constitución. Ello por una sencilla razón. A pesar que puedan contar con el apoyo de la población, los militares saben que serían perseguidos por los caviares y las ONG de izquierda, por los próximos 20 ó 30 años, como les pasó a los Comandos Chavín de Huántar.
La operación Chavín de Huántar ha sido la más exitosa de la historia de nuestras fuerzas armadas, en la cual se liberó a 72 rehenes de manos de los terroristas del MRTA. El heroísmo de nuestros soldados, no fue suficiente para evitar que sean perseguidos judicialmente por una horda de “defensores de los derechos humanos de los terroristas” por más de veinte años, ante el abandono del Estado y la sociedad en general.
¿Dónde está la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ahora que liberaron de manera anticipada y bajo argumentos absurdos a Antauro Humala, asesino de cuatro policías? ¡Qué rápido actúa el gobierno cuando se trata de liberar a un delincuente como Humala (menos de 24 horas)!
Cuando el Tribunal Constitucional restauró el indulto a Alberto Fujimori, demoraron semanas en cumplir la orden judicial, dándole tiempo a la CIDH para que intervenga en el caso y “le ordene al Estado Peruano que se abstenga de liberar a Fujimori”.
Castillo cree que Humala lo ayudará a distraer la atención que recae sobre él y su familia por los múltiples procesos por corrupción que lleva la fiscalía. Además, ahora tiene la excusa perfecta si hay violencia en las calles de Lima. Dirá: “son los reservistas de Humala y no los ronderos”.
Creo que las palabras del General Astudillo, ex Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, resume lo que muchos de nosotros pensamos: “Antauro me tiene un pendiente con el asesinato de 4 policías, entre ellos un buen amigo, el capitán PNP Cahuana. Si sale libre lo enfrentaré en la calle, él sabe quién va a ganar. Maldito”. Lampadia