Uri Landman
Para Lampadia
La semana pasada se llevó a cabo la 54 reunión del Foro Económico Mundial, en la ciudad suiza de Davos. Bajo el lema: “Reconstruir la Confianza”, se reunieron líderes empresariales, jefes de gobierno, periodistas e intelectuales.
El Foro Económico Mundial, es una asociación no gubernamental, con sede en Cologny, Suiza. Fue fundada por Klaus M. Schwab, profesor de economía suizo, en el año de 1971. Además de organizar reuniones como la de Davos el FEM, genera informes de investigación. En base a sus principios, aboga por un mundo globalizado, gobernado por una coalición de corporaciones multinacionales, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, lo cual le ha valido fuertes críticas, ya que se dice, quiere imponer su agenda a nivel mundial, sin haber sido elegidos democráticamente.
Para pertenecer a este exclusivo grupo, los miembros deben ser empresas multinacionales con ventas promedio de más de cinco mil millones de dólares anuales. Cada empresa, alrededor de mil de ellas, abona un promedio de cincuenta mil dólares anuales por la membresía y otros veinte mil dólares por la participación de su presidente en la reunión de Davos.
Además de los líderes empresariales que asisten al Foro, la organización invita a unos trescientos líderes políticos internacionales. Entre estos líderes encontramos este año a dos presidentes latinoamericanos: Javier Milei, presidente de Argentina y Gustavo Petro, presidente de Colombia.
Sin dejar de lado las diferencias ideológicas de ambos presidentes, haremos una breve comparación sobre su participación en el Foro de Davos.
El presidente izquierdista de Colombia, Gustavo Petro, viajó a Davos en el avión presidencial colombiano, al mando de una comitiva de por lo menos quince personas. Según informaciones de la prensa de su país, gastaron un millón doscientos mil dólares en el alquiler de una casa, que utilizaron para que sea su vitrina en la campaña “Colombia, país de la Belleza”. Esto en una pequeña ciudad como Davos de 15,000 habitantes.
Por otro lado, el presidente argentino, Javier Milei, viajó en vuelo comercial con una delegación de cuatro personas, que incluyeron al canciller, al ministro de economía, a su jefe de gabinete y la secretaria general de la presidencia.
Según declaraciones del presidente, su decisión de viajar en un vuelo comercial, con una comitiva reducida, le permitieron ahorrar casi 400,000 dólares al país. Según sus palabras: “Si cuidamos las monedas, los pesos se cuidan solos”.
En su discurso ante el Foro, el presidente Petro, culpó la desigualdad, la pobreza y la violencia en su país, a una política antidroga equivocada. La desigualdad territorial de su país, con la exclusión de grandes territorios del circuito productivo, es el causante que exista una economía ilegal basada en la siembra y el tráfico de drogas. La llegada de esclavos liberados a la costa pacífica de Colombia y su abandono por parte de la élite del país, es el origen de los cultivos ilegales en esa zona.
Para Petro, la humanidad está en peligro de extinción por las “chimeneas del norte” y hay que apagar las mismas para que las selvas del sur no se incendien. Dice que hay que liberar la potencia energética del sur para poder generar energías limpias. Según su postulado, el sur no puede disponer de los recursos necesarios para hacerlo, por su obligación al pago de la deuda externa, a la tasa de interés y a la prima que tiene que pagar Colombia por ser considerado un país riesgoso.
Mientras Petro, que viaja en avión privado, culpa al norte de la crisis climática y a los Estados Unidos por la violencia relacionada al narcotráfico en su país, Javier Milei, explicó los riesgos que enfrentan los países occidentales por el avance del comunismo, la progresía y su agenda política.
Me es imposible resumir en unas cuantas líneas el discurso de Milei, por lo que los invito a escucharlo. Vale la pena. Para este artículo basta decir que sus palabras dan luces sobre el riesgo que representa la expansión del comunismo y su nueva versión del socialismo en occidente. Según Milei, los principales líderes del mundo occidental han abandonado el modelo de la libertad, por distintas versiones de lo que se llama colectivismo. Esto ha sucedido por su ingenuo deseo de ayudar al prójimo o de pertenecer a una casta privilegiada. Milei advierte que los experimentos colectivistas, siempre han llevado al fracaso y a la pobreza.
Después de hacer una comparación entre el modelo colectivista y el modelo capitalista, Milei nos demuestra que el capitalismo ha permitido sacar de la pobreza extrema al 95% de la población mundial. Milei llama héroes a los empresarios exitosos y propone el modelo de la libertad para los países.
Según sus palabras, los gobernantes de los países tradicionalmente libres, en su ambición de poder, están socavando los fundamentos de la libertad, abriendo las puertas al socialismo, condenándonos potencialmente a la miseria, a la pobreza y al estancamiento.
Voy a cerrar este artículo con las mismas palabras de Milei: “Viva la Libertad Carajo”. Lampadia