Uri Landman
Para Lampadia
La Ley del Talión es un principio jurídico de ley retributiva, en el cual la norma imponía un castigo en la misma proporción al crimen cometido. El término talión viene del latín tallos o tale, que significa idéntico o semejante. La expresión más conocida de la ley del talión la encontramos en el Pentateuco, en el libro de Éxodo. En el capítulo 24 de dicho libro se habla de las “Leyes sobre actos de violencia”. El versículo 12 empieza indicando: “El que hiriere a alguno, haciéndole morir, él morirá” y termina con la famosa frase “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.”
El sistema de justicia del mundo occidental, dejó de lado el concepto de la Ley del Talión después de la Revolución Francesa y el Movimiento de la Ilustración. Sin embargo, todavía subsiste en algunos ordenamientos jurídicos de países musulmanes con la ley Sharia o ley islámica.
A raíz de la promulgación de la ley 32026 que modifica algunos artículos del Código Penal y del Código Procesal Penal, con respecto al derecho a la legítima defensa, he leído y escuchado algunos opinólogos de izquierda decir que nos convertiremos en el “lejano Oeste” o en una sociedad de “salvajes”, con lo cual discrepo tajantemente.
En uno de los pocos momentos de lucidez que ha tenido este congreso, aprobó la ley mencionada anteriormente.
Dicha ley, exonera de responsabilidad penal al ciudadano quien en uso de su derecho a la legítima defensa, ya sea de su vida o de su propiedad, utiliza la fuerza letal para defenderse. Dicho en palabras sencillas, no se puede acusar penalmente a una persona que, usando su arma de fuego, debidamente registrada, repele el ataque de un delincuente, así le cause la muerte, en una situación de inminente peligro a su vida o a su propiedad.
Otro punto importante de la norma es que excluye para la valoración del requisito a la legítima defensa, el criterio de proporcionalidad de medios, considerando en su lugar, la intensidad y la peligrosidad de la agresión. Con esta aclaración se dejó de lado el absurdo postulado que la persona se tenía que defender con un medio proporcional al que estaba siendo atacado. Si nos atacaban con un cuchillo, no podíamos defendernos con una pistola. Nos teníamos que defender con un cuchillo. Noción por demás ridícula, que finalmente ha sido desterrada del código penal.
En días posteriores a la promulgación de la ley, escuché una entrevista a un abogado del IDL, ONG que no ha tenido reparos en defender a terroristas, decir que nuestro país se convertiría en el Lejano Oeste y que cualquier persona podría asesinar a otra, amparada en su derecho a la legítima defensa. Desde mi punto de vista, esta sesgada y alarmista declaración, es totalmente falsa y alejada de la realidad.
Este abogado puso como ejemplo el caso de una persona que es atacada con un cuchillo. Según él, la víctima debería hacer un disparo al aire para desincentivar al criminal, antes de ejercer su derecho a la defensa y dispararle directamente. Pregunto ¿lo mismo debemos hacer si somos atacados por uno de los terroristas que ellos defienden, el cual tiene un petardo de dinamita en la mano y amenaza con lanzarlo?
También he leído comentarios parcializados en diferentes medios, que esta ley permitiría abusos y matanzas indiscriminadas. Algo totalmente fuera de la realidad.
La ley de la legítima defensa, sirve para que los ciudadanos de bien, como ustedes y como yo, nos podamos defender de los criminales en caso seamos atacados. Y en el extremo que el delincuente sea abatido en dicha defensa, no seamos perseguidos por fiscales y jueces, que en lugar de defender al ciudadano, defienden a los delincuentes.
En el hipotético caso que se cometa algún abuso de la ley, para eso está el Ministerio Público y la policía, para que puedan investigar con la ayuda de la ciencia y tecnología de hoy las circunstancias del hecho y dilucidar el mal uso de esta norma, si fuera el caso.
En nuestro país, el proceso de comprar y portar un arma es complicado. Tenemos que sacar una licencia para portarla, en la SUCAMEC. Esta a su vez exige una serie de requisitos entre los que figuran: pasar por una evaluación psicológica, pasar por una prueba de tiro y no tener antecedentes policiales y judiciales. Una vez obtenida la licencia, la misma se renueva cada tres años.
El estado es el responsable de velar por la seguridad de los ciudadanos. Sin embargo, como es de público conocimiento, vivimos en un estado de indefensión casi absoluto. La policía carece de una estrategia y de los medios necesarios para acabar con la criminalidad. Ello se ve agravado por el caos que sufre el Ministerio del Interior, que cambia de mando cada tres meses.
Ante esto, los ciudadanos tenemos el derecho y la obligación de defender a nuestras familias y a nosotros mismos, así les duela a los rojos, quienes están más preocupados por los derechos humanos de los delincuentes que de las personas de bien. Lampadia