Uri Landman
Para Lampadia
La película “La liga de la Justicia” estrenada en el año 2017 y dirigida por Joss Whedon, está basada en las historietas de DC Comics del mismo nombre. En ella, un grupo de súper héroes, reclutados por Bruce Wayne, salva al mundo de la amenaza catastrófica representada por Steppenwolf y su ejército de parademonios.
Con un costo de 300 millones de dólares, la película es una de las más caras hechas. En ella vemos a Bruce Wayne, protagonizado por Ben Affleck, reclutando un grupo de metahumanos para hacer frente a la amenaza que quiere destruir la tierra. Wayne recluta para su equipo a la Mujer-Maravilla, a Aquaman, a Flash y a Cyborg. Sin embargo, se da cuenta que todos ellos juntos no podrán derrotar a Steppenwolf, por lo que deciden tomar una acción peligrosa y radical: tratar de revivir a Superman, quien había muerto en una batalla anterior.
Finalmente, logran su cometido de revivir a Superman y luego de unos problemas iniciales, éste se une al grupo para acabar con Steppenwolf.
No pretendo ser Bruce Wayne y menos Batman, pero estoy convencido que necesitamos formar una Liga de la Justicia en nuestro país y voy a explicarles los motivos.
Hace un mes la policía detuvo en la ciudad de Trujillo al secuestrador Juan Piero García Cipriano, miembro de la banda criminal “Los Pulpos”. Este criminal, alias “Corta Dedos” fue detenido por la policía en Trujillo, en una intervención donde se pudo liberar a su última víctima, Robert Quesada Crisólogo, hijo de un empresario local, a quien le cortó la mayoría de los dedos de las manos para presionar a la familia para pagar el rescate de dos millones de dólares que estaban solicitando.
Mientras este criminal se hallaba detenido, acudieron a la sede de la policía dos fiscales de la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos, para investigar la denuncia que había presentado “Corta Dedos” en contra de los policías que lo habían detenido, por presunto maltrato físico y psicológico. Dicha denuncia había sido admitida en fiscalía y según indicaron los fiscales, requería ser investigada.
Desde esta columna pregunto si se justifica que el Ministerio Público admita la denuncia de un secuestrador confeso, quien le cortaba los dedos a sus víctimas para aterrorizar a las familias. Desde mi punto de vista, este sujeto renunció a todos sus “derechos humanos” desde que se volvió un sanguinario delincuente.
Lo más triste del caso, es que este no es un hecho aislado. Leemos en los diarios y vemos en los noticiarios todos los días, que la policía atrapa bandas completas de secuestradores, sicarios, extorsionadores, asesinos y ladrones, solo para que el Ministerio Público y el Poder Judicial los suelten días después.
La situación es todavía peor. Hace unos días la Fiscalía solicitó cuatro años de prisión en contra de un policía que acabó con un delincuente. El suboficial Davi Peña Zea abatió a uno de los dos delincuentes que lo encañonaron y asaltaron dentro de su vehículo, cuando éste hacía servicio de taxi por aplicativo en su día libre.
En lugar de felicitar al policía por haber librado a la sociedad de un indeseado, la fiscalía pide 4 años de prisión además de 500 mil soles de reparación civil a favor de los familiares del delincuente.
¿Qué podemos hacer como sociedad ante la indiferencia o complicidad de nuestras autoridades?
En mi opinión, es necesario crear una organización civil que esté integrada por patriotas que realicen un seguimiento diario a todos aquellos casos en los cuales jueces y fiscales liberen a delincuentes o acusen a policías por cumplir con su deber.
Una vez identificadas estas autoridades, se les debe dar exposición mediática para que el resto de la sociedad conozca quienes son. Estoy seguro que a ninguno de ellos les gustaría ver su rostro todos los días en los principales diarios o noticieros con el título “liberador de criminales”.
Inclusive se podría crear una APP para que los ciudadanos reciban en sus celulares las fotos de los jueces y fiscales que no cumplen la ley.
Lo mismo se debe hacer con los miembros de la Junta Nacional de Justicia, que solamente investiga y sanciona a los jueces y fiscales que son contrarios a su ideología. En el caso de la ex Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, les tomó menos de una semana suspenderla. ¿Saben que ha hecho la JNJ en los casos donde han sido denunciados fiscales como José Domingo Pérez, Marita Barreto y una larga lista de jueces cuestionados por liberar delincuentes? La respuesta es: nada.
El Estado en su conjunto ha abdicado en su rol de proteger a la sociedad de la criminalidad.
El ejecutivo está paralizado hace meses ante la falta de decisión y de acciones eficaces contra el crimen. El congreso no sabe qué hacer. Las tres instituciones que deberían ser el soporte de la lucha contra el crimen y garantes de la justicia, son lo más corrupto que tenemos en el país y me refiero al Ministerio Público, el Poder Judicial y la policía.
Ante este abandono, a los ciudadanos de bien solo nos queda unirnos para defender nuestros derechos. Citando una vez más al presidente Bukele: “los derechos humanos de la gente honrada son más importantes que los derechos humanos de los delincuentes”.
Te invito a unirte a la “Liga de la Justicia”. Lampadia