UNIDAD DE INVESTIGACIÓN
Perú21, 2 de diciembre del 2024
Eduardo Quispe / Natalia Lizama
Alerta. Reino Unido corta ayuda al grupo Escorpión de la Dirandro por temas de ineficiencia y corrupción en la unidad. Si la Dirandro tiene fallas, siendo la encargada de la lucha contra el tráfico ilícito de drogas, ¿quiénes serán los encargados de la seguridad en puntos estratégicos?
El 14 de noviembre, desde Palacio de Gobierno, Dina Boluarte y el presidente de China, Xi Jinping, inauguraron por todo lo alto el megapuerto de Chancay. Con la inversión del Gobierno chino, el terminal marítimo se perfila a ser el puerto más importante de Sudamérica.
Cinco días después, el 19 de noviembre, cuando la pompa que Boluarte se esforzó en mostrar se acabó, cuando el presidente chino se había ido y cuando las cámaras del mundo ya no apuntaban al Perú, volvimos a la realidad.
Empezó a circular un documento por los pasillos del edificio de la Dirección Antidrogas de la Policía (Dirandro), en San Isidro. En uno de sus párrafos decía lo siguiente: “Habiendo inaugurado el megapuerto de Chancay, es necesaria la asignación de personal policial”. Hasta ahí todo parecía normal. Sin embargo, la preocupación de los oficiales y suboficiales que leyeron el comunicado nació cuando vieron que el personal requerido debía ser “voluntario”. Para los agentes especializados en neutralizar el tráfico de drogas, el documento fue insólito y vergonzoso.
Hay millones de razones para cuestionar al personal “voluntario”. En el Perú el narcotráfico mueve más de 1,400 millones de dólares al año, y es un estimado que puede quedar corto. Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), publicado en junio de 2024, el narcotráfico y la producción de drogas en el país se incrementaron en un 20% (entre 2021 y 2022).
En una conversación informal, oficiales de la Dirandro nos respondieron que piden policías voluntarios porque Chancay queda muy lejos. Aseguran que muchos de los agentes demoran dos horas y media en llegar, por lo que buscan personal que viva en distritos cercanos al puerto, como Ancón. Así como lo oye: no importa su preparación ni su experiencia, solo importa que vivan cerca de Chancay.
Por su parte, un vocero del megapuerto aseguró a Perú21 que la empresa espera “que manden a los mejores profesionales”, no solo de la policía, sino también de todas las dependencias del Estado que trabajarán en Chancay, que ya empezó su etapa de prueba, la cual durará hasta mayo del próximo año.
Los oficiales nos afirmaron que, actualmente, hay agentes en Chancay y más adelante, cuando el puerto empiece a funcionar plenamente, los puestos donde ahora pernocta el personal, serán entregados a la Dirandro. Ninguna de estas explicaciones calma a los verdaderos agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico, porque hay un segundo documento que los altos mandos de la Dirección Antidrogas han mantenido en estricta reserva, pero solo lo lograron hasta el día de hoy.
CARTA SECRETA
En pleno auge del comercio portuario en el Perú, el Gobierno del Reino Unido ha decidido quitar el financiamiento a un grupo de agentes especiales del famoso equipo Escorpión, que pertenece a la Dirandro.
Para que quede más claro: a través de una carta obtenida por este diario, un alto funcionario del Ministerio del Interior del Reino Unido en América Latina (HOIO, por sus siglas en inglés) informó al director antidrogas peruano, el general PNP Luis Flores Solis, que el Gobierno británico dejará de brindar el aporte financiero a ese equipo especial porque “se ha hecho evidente que el proyecto no está cumpliendo los objetivos y resultados establecidos”. Es decir, ineficiencia total.
Ese equipo especial es experto en neutralizar el tráfico de drogas en aeropuertos internacionales y puertos marítimos. Es mejor conocido como el equipo Getaa. En la actualidad funciona en tres aeropuertos del Perú y en el puerto del Callao.
INVERSIÓN EN GETAA
La historia del grupo Getaa con el Gobierno de Reino Unido empezó hace varios años. Recibían de parte de los británicos equipos tecnológicos, entrenamientos de parte de los agentes extranjeros, dinero para alquilar las casas de seguridad (residencias secretas) y una bonificación especial para cada agente peruano.
Durante años esos policías, entrenados gracias al dinero del Gobierno británico, se convirtieron en hombres y mujeres de inteligencia sumamente valiosos, que hoy fueron cambiados a otras unidades. En Getaa, según nuestras fuentes, han quedado agentes jóvenes e inexpertos que no han logrado cumplir las metas y acuerdos adquiridos con el Gobierno extranjero.
Los británicos invierten en la lucha antidrogas porque han firmado tratados internacionales que buscan evitar el ingreso de drogas a Europa. Además, siguen estrictas políticas públicas que tienen la misión de erradicar el ingreso de drogas a su país.
Pero no se trata solo de ineficiencia, sino también de presuntos actos de corrupción. La carta secreta enviada a la Dirandro es diplomática, pero también directa: “Las acusaciones de corrupción dentro del equipo Getaa que opera en el aeropuerto y el procesamiento de un funcionario (…) han comprometido las condiciones para el apoyo financiero del equipo”.
Los oficiales de Dirandro con los que conversamos en reserva confirmaron este acto y aseguraron que el agente involucrado, que señala la carta secreta, habría sido retirado y que ahora, por ese caso en específico, los policías rotan cada tres meses de sus cargos.
Buscamos al jefe de Dirandro, el general Luis Flores Solis, pero no tuvimos suerte. También buscamos al coronel Percy Raúl Pizarro Ramón, jefe de la División de Inteligencia de Dirandro, de quien dependen todas las decisiones con respecto a las acciones de inteligencia y quien llegó a esta base policial en agosto del presente año. Tampoco respondió.
Pizarro reemplazó al coronel Segundo Argomedo Vásquez, quien dispuso que hombres de inteligencia de la Dirandro apoyen el trabajo de búsqueda y detenciones en el caso Los Waykis en la Sombra, donde está involucrado el hoy prófugo hermano presidencial, Nicanor Boluarte. Eso ocurrió en mayo de este año. Tres meses después, y de forma inusual, fue retirado de su cargo con solo seis meses en el puesto, cuando lo normal es que un oficial se quede en ese puesto alrededor de un año y medio.
La gran duda que dejan estos hechos es la calidad de los agentes que la Dirandro asignará a Chancay, teniendo en cuenta que ahora piden “voluntarios” y que el equipo especial Getaa ya no contará con el financiamiento de los británicos.