Hace unas semanas escribí sobre el auge de los partidos populistas en Europa y dije que podríamos esperar algunos terremotos políticos en el 2015. Desde entonces Syriza, el partido de la izquierda populista, ha obtenido una esperada victoria en las elecciones de Grecia. Aumentó su votación de 26.9% en 2012 a 36.3% en 2015, y aumentó de 71 a 149 asientos (de 300) su participación en el Parlamento. Mientras tanto, el ex partido gobernante de centro-derecha, Nueva Democracia, tuvo una pequeña disminución de su cuota de votos, de 29.7% a 27.8%, pero sus 108 diputados se redujeron a 76.
Detrás de los grandes cambios en la representación se encuentra una de las características del sistema electoral griego, que otorga una bonificación al partido que logre la mayor votación, lo que puede ser el resultado de solo pequeños cambios en la votación general.
Se espera un resultado similar en las elecciones generales del Reino Unido en mayo: “the first-past-the-post system”, un sistema que significa que los votos por los partidos minoritarios pueden a menudo desperdiciarse, y con las cifras récord que se espera que votarán por estos partidos minoritarios en mayo, el número de asientos obtenidos por los laboristas y los conservadores bien podría terminar siendo mucho mayor a su cuota en la votación popular.
Parte de la razón por la que los partidos populistas, como Syriza en Grecia, Podemos en España y UKIP en el Reino Unido, han encontrado un terreno fértil es la desconexión entre los políticos y las personas. Los sistemas electorales que conducen a una gran desconexión entre votos y asientos, en última instancia, sólo afianzan este sentimiento.
Creo que los sistemas electorales son fascinantes; sé que la mayoría de la gente no piensa así. Si usted tiene alguna idea al respecto, por favor hágamela saber en Twitter @Baptist_Simon o por el correo electrónico simonjbaptist@eiu.com.