Por: Sergio Bolivar
Expreso, 6 de Mayo del 2023
El expresidente de EE.UU., Abraham Lincoln, dijo la sabia frase: “Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”… Hasta ahora gran parte del país, incluyendo a los gobernantes, no ha comprendido que la falta de abordar los problemas contribuye a que se agraven. Caemos en el megaengaño al tratar cínicamente de ocultar nuestras imperfecciones metiéndolas debajo de la alfombra. Esto nos viene afectando hace mucho tiempo y terminamos ensuciados con la retórica del golpista. Debemos levantar la alfombra para limpiarnos de la mugre:
Mugre uno; la ideologización e injerencia extranjera que hacen propaganda a favor del adelanto de las elecciones en el Perú y la convocatoria de una Constituyente. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos – CIDH ha excedido sus atribuciones cuestionándonos políticamente en estos asuntos, e inclusive nos ha exhortado a “abstenernos de adoptar reformas legislativas y constitucionales”. No podrán imponernos ninguna de esas medidas porque violan nuestro ordenamiento constitucional, y así lo establece la Carta de la OEA, la Convención Americana de DDHH y nuestra Constitución Política.
Tal como lo sugirió Renovación Popular, el Gobierno debe denunciar a la CIDH por injerencia a nuestra soberanía de cara a la Convención Americana de DDHH. Del igual manera, esto aplica para cualquier órgano supranacional o país que busque hacerlo. Debajo de la alfombra hay núcleos ideologizados, ONG y movimientos de izquierda que siguen proliferándose en el interior del país y que se han integrado al Estado con el golpista. El Gobierno debe responder rescindiendo los contratos CAS que es el modus operandi del copamiento.
Mugre dos; el incontrolable avance de la minería ilegal y el contrabando, sobre todo en Madre de Dios y Puno; dos regiones sin inversión en infraestructura productiva. Ambas evaden impuestos y destruyen bosques, así como tierras agrícolas. Más del 90% del oro ilegal se vende a Bolivia, un país que no cuenta con producción minera de oro y con un modelo económico fracasado.
Peor aún, el vecino nacionaliza el oro ilegal en sus reservas, y encima se promueve como productor líder de oro en el mundo. Pronto Bolivia acabará con todo dinero de la jubilación que han robado a los aportantes. Si lo dejamos debajo la alfombra, Bolivia seguirá de parásito del Perú. Según la SNI, en los últimos 8 años el Estado dejó de percibir 5 mil millones de dólares por ingreso de productos ilícitos al Perú.
Esta situación solo puede frenarse con interdicción y control territorial en contra del contrabando de alimentos, combustibles, vehículos y maquinarias para la minería ilegal. Para ello, necesitamos de las Fuerzas Armadas y Policiales, tecnología de vigilancia, control fronterizo, inspecciones, sanciones drásticas contra los ilegales, así como la cooperación de las autoridades locales e instituciones para fomentar alternativas económicas sostenibles.
Mugre tres: el fracaso de la regionalización que solo trajo corruptos al poder y más desigualdad. La historia se repite con gobernadores mafiosos que se enriquecen y terminan huyendo de la justicia, abandonando obras y permitiendo el narcotráfico, la tala y minería ilegal, dejando como resultado la pobreza, anemia y desnutrición. Actualmente, más del 80% de estos gobernadores registran delitos y con tristeza vemos como muchos políticos, funcionarios, opinólogos y analistas intentan ocultarlo. Al grano y sin titubeos, la regionalización debe rediseñarse por completo para mejorar el servicio público con meritocracia a favor del desarrollo social y económico de cada región.
La lista de mugres es extensa e incluye la informalidad, la criminalidad, la migración extranjera, la infraestructura deficiente y mucho más. Sin embargo, los peruanos, y también el Gobierno, debemos enfrentar nuestros problemas con determinación, porque más vale confrontar la verdad que ocultarla debajo la alfombra.