Rolando Arellano C.
Arellano Consultoría para Crecer
Enviado a Lampadia
Por primera vez desde antes del gobierno del presidente Castillo, más de la mitad de los empresarios peruanos ve que la situación económica y empresarial está mejorando y cree que mejorará más. ¿Por qué es importante esa cifra, si sólo se trata de percepciones y no necesariamente de realidades?
Es muy importante porque, incluso si las cosas realmente no estuvieran mejor hoy, como lo sienten quizás el lector y gran parte de la población, esas percepciones positivas van a guiar la manera de actuar de los empresarios y hacer que inviertan, y se empiece a mejorar. Eso porque si bien la esencia de ser empresario es creer que su esfuerzo de hoy les retornará mañana con utilidades, no por ello toman riesgos a ciegas e irán más despacio o frenarán si ven que las condiciones son muy desfavorables, o más rápido si creen lo contrario.
Así, después de casi 4 años la encuesta mensual del BCRP muestra que al menos 51% de los empresarios dice que está vendiendo más que antes y cree que su negocio mejorará en los próximos 3 meses.
¿Creen que ya acabaron sus problemas? Sin duda no, pero ya no ven las grandes amenazas de la inflación y de un fenómeno del Niño devastador que vivieron el año anterior, y quizás tampoco la de un cambio político extremo en los meses siguientes.
¿Será que tienen un optimismo ingenuo? No hay empresarios pesimistas, pues quienes creen que todo siempre va a estar peor nunca se arriesgan a invertir. Pero los buenos empresarios tampoco son ingenuos. No es que crean que el vaso a la mitad está lleno, pero a diferencia de los pesimistas que lo ven siempre vaciándose, creen que con su esfuerzo lo pueden llenar más, si se dan condiciones mínimamente adecuadas.
¿Creen que eso va a durar? Entienden que las elecciones del 2026 les pondrán otros retos que deberán empezar a enfrentar. Pero saben que no habrá largo plazo si no aprovechan las oportunidades que se les presentan en el corto.
¿Cómo podemos los ciudadanos ayudar a que eso prospere? Entendiendo que si el pesimismo crea un círculo vicioso de temor, menos inversiones y menor crecimiento, el optimismo consciente sigue la misma regla, pero en sentido inverso. Por eso ganaríamos mucho si asumimos la actitud de esa mayoría de emprendedores que, a pesar de lo malo que ocurre, al ver que las cosas mejoran algo van a trabajar para que eso continúe. Les deseo una buena semana.