Roger M Valencia
Exministro de Ministro de Comercio Exterior y Turismo y Ministro de Cultura del Perú
Para Lampadia
No hay respuestas fáciles a estos desafiantes eventos que nos sumergieron en incertidumbre. Los últimos 4 años han significado para el Perú un periodo donde los intereses particulares y de pequeños grupos políticos se adueñaron de las instituciones y el país perdió el rumbo. el Interés subalterno sustituyo al bien mayor, la actuación obstruccionista del Congreso que culminara con la renuncia de PPK, la disolución del congreso por Martin Vizcarra, el golpe disfrazado de vacancia presidencial, el espurio intento de hacerse del gobierno de Merino, Etc.
Como dice el refrán tanto va el cántaro por agua que finalmente se quiebra. Esta quiebra tiene una virtud, el despertar social, este parece ser el inicio de un cambio sustancial, los ciudadanos particularmente los jóvenes, emprenden un papel más activo en el quehacer público; la política no es más un espacio abandonado, pasa a ser motivo de interés y participación.
Se siente en las calles, la política es demasiado importante como para dejarla en manos de los políticos, especialmente estos Políticos que tanto han despreciado el sentir ciudadano.
Esta movilización generacional no se dio solo en el Perú, fueron los millennials Bolivianos quienes al grito de, “¿Quién se rinde? , Nadie se rinde, ¿quién se cansa? , nadie se cansa” , se deshicieron del fraude perpetrado por Evo Morales; en Chile las movilizaciones han sido de un escala tan masiva que han sido catalogadas como estallido social y han concluido un año más tarde en un plebiscito y en una asamblea constituyente, en muchas partes del mundo los jóvenes se han movilizado convirtiendo sus ciudades en epicentros convulsos manteniendo la atención y la tensión mundial.
Pareciera que Gobernanza el termino de moda para describir la acción sinérgica de gobierno,
empresa y sociedad civil, fuera simple, sin embargo estamos frente a una extendida escala de relaciones complejas, donde las inequidades de poder e intereses son la norma, hemos comprobado que cuando estos no se subyacen en búsqueda del bien mayor, generan estos momentos donde la paciencia ciudadana se desborda y se producen estas manifestaciones populares, a rio revuelto ganancia de pescadores, debemos estar como sociedad muy atentos a que la protesta no se convierta en vandalismo ni destrucción de lo avanzado.
Los nuevos modelos comunicacionales, las redes, en su obvia utilidad para una nueva gestión de los intereses colectivos, deberían ser espacios no solo para ventilar la protesta sino mas bien espacios para construir propuesta.
Mas allá de la indignación momentánea, el Perú requiere un cambio profundo e innovador, una revisión a fondo del papel del Estado y de su funcionamiento, como lo decía Fukuyama (2004), (muchos economistas han concluido que algunas de las más importantes variables que afectan el desarrollo no lo eran del todo, sino que estaban relacionadas con instituciones y políticas).
El desarrollo de nuestra sociedad, no se consolidará de manera espontánea, ni en el piloto automático, tendrá que ser el resultado del esfuerzo colectivo y deponer actitudes sectarias y personales en construcción de un nuevo contrato social, que se base en el respeto a los derechos individuales y en la búsqueda del BIEN MAYOR.
No mas mirada pasiva desde el balcón, los jóvenes de todas las edades a participar del cambio. Lampadia