Como es conocido por todos, la figura del Colibrí, ha sido objeto de un atentado por parte de miembros de la ONG internacional Greenpeace. Este hecho ha suscitado las más enérgicas protestas y por supuesto que esperamos que el peso de la ley caiga sobre los responsables y esperamos también que en general este hecho sea un llamado a toda la ciudadanía a actuar en resguardo de nuestro patrimonio.
En la Ciudad del Cusco, Patrimonio de la Humanidad, se han dado varios momentos en los cuales, por ignorancia, voluntarismo o mero interés personal se han cometido delitos similares. Similares no en el hecho sino en la magnitud, quien falsifica o cambia los símbolos de una cultura es culpable de su destrucción.
Como anécdota, sobre la llamada bandera del Tawantinsuyo, en la biografía del hombre de radio, Raúl Montesinos, se cuenta como en 1971, en preparación de la visita del General Juan Velazco a la pampa de Anta, la avanzada dirigida por el General Uzategui, buscó en Cusco la bandera del Tawantinsuyo, al enterarse de que los Inca no tuvieron banderas. Adopto para la visita de su Jefe la Bandera del Arco Iris, usada por Radio Tawantinsuyo, desde entonces, Bandera de Túpac Amaru, de los Inca y del Tawantinsuyo [Bandera del movimiento Gay en otros países].
El Sol de Echenique, símbolo adoptado por el Alcalde Daniel Estrada, tiene casi con certeza, origen Centroamericano (una copia muy similar existe en el museo de Chichicastenango), este constructo simbólico que no sólo es el nuevo escudo de armas de Cusco, también ha llegado a ser símbolo nacional pues está impreso en el papel moneda de Perú.
Es decir que, algunos nuestros símbolos soporte de identidad se deslegitiman, estos deberían pasar por un indispensable proceso de rigurosa investigación.
Es que el cuidado del patrimonio y de los valores de la identidad, son frecuentemente mal entendidos, es más fácil asumir que el pasado fue muy parecido al presente; que estudiarlo y entenderlo en su propio contexto. Se asume que este no tiene valor, así que es posible cambiarlo, modernizarlo, adaptarlo para usarlo como instrumento de propaganda.
En los últimos años La Dirección de Cultura en Cusco, acompañada por muchas voces ciudadanas, se opuso a la instalación de una estatua que pretende representar al Inca, en la pileta de la plaza del Waqaypata. El saliente alcalde (Luis Flores ) impuso su voluntad y también su personalísimo parecer, por encima de voces ilustradas, explico que nadie de los presentes vio a un Inca, entonces cualquier representación vale, porque se valida del sentimiento popular. Como no vas a querer que un Inca este allí, aun cuando este bulto no se parezca en nada a un Inca, mostrando poco respeto por la intangibilidad de la Plaza.
La tarea de cuidar del patrimonio, debe ser asumida por la sociedad en conjunto, digamos No a la aceptación silente de los falsos símbolos, no al falso Inca, también digamos No a las obras que destruyen el contexto de la traza urbana, como la construcción que pretende bloquear el mirador de San Cristóbal. Hacemos un llamado a los promotores del proyecto, para que en virtud a la responsabilidad social empresarial, adecuen el proyecto respetando la volumetría y los valores del Centro Cusqueño. Es decir les pedimos adhesión a lo que significa el Cusco.
La dirección Regional de cultura, debe hacer público, todos los actuados en este y en otros casos, para que la ciudadanía conozca los procesos, entienda qué está en juego, estos al ser transparentes, nos ayudaran en la defensa real de nuestro patrimonio evitando que se sigan cometiendo atropellos de esa cultura.