Richard Webb
El Comercio, 9 de febrero del 2025
Shane fue profesor en dos universidades importantes de EE.UU., pero sus investigaciones y escritos se centraron en la historia económica del Perú.
Me disponía a empezar la redacción de esta columna cuando me llegó una noticia que no por esperada fue menos dolorosa. Hoy falleció el economista Shane Hunt, uno de los grandes amigos que ha tenido el Perú. Y el más grande de mi vida personal. Nuestro primer contacto fue de película. Yo había regresado al Perú en 1963, luego de mi posgrado en EE.UU., y debí buscar trabajo. Amigos me sugirieron la posibilidad del BCR y conseguí cita para una entrevista. Cuando entré a la oficina asignada, el funcionario estaba atendiendo a un gringo, joven, flaco, alto y simpático, quien había llegado al Perú buscando datos estadísticos para una historia económica que proponía escribir como parte de un proyecto de la Universidad de Yale. Poco después se inició mi trabajo en el BCR y empezamos a encontrarnos cada día en el Centro de Lima después del trabajo, para regresar juntos a casa en un taxi “colectivo” de los que llevaban pasajeros desde la plaza San Martín hasta Miraflores. Nuestras respectivas tareas estadísticas habían resultado ser fascinantes y muy similares, por lo que teníamos conversación para todo el viaje y más, tanto que varias veces, ante las colas largas en la plaza, nos fuimos caminando y conversando por la avenida Arequipa hasta nuestras casas en Miraflores. Nuestra amistad se extendió a las familias completas, y eventualmente, durante muchos años, llegó a incluir una reunión anual completa de las dos familias durante una quincena.
La amistad se prestó para una colaboración importante en el avance de la profesión económica moderna en el Perú. Se trató de la institucionalización del curso de verano del BCR, convirtiendo lo que había sido una práctica de relaciones públicas del banco –un curso de verano para alumnos recomendados por decanos de varias universidades– en un instrumento de selección y profesionalización. La idea fue reemplazar las recomendaciones de decanos –que muchas veces se basaban en criterios de amistad o de política– por exámenes de teoría económica, y, sobre todo, reemplazar las charlas descriptivas sobre las funciones del BCR, por enseñanza de teoría económica. En esos primeros momentos, cuando la gerencia del BCR no comprendía ni apoyaba adecuadamente, Shane se encargó más de una vez de dar las clases requeridas. El éxito del programa inicial facilitó la institucionalización de un concepto de contratación basada en el mérito, que luego fue copiado por otras entidades públicas y sigue vigente varias décadas después. En mi opinión, la ayuda generosa de Shane en esos momentos iniciales tuvo un impacto mayúsculo en el esfuerzo para profesionalizar la contratación pública en varias entidades del sector público.
Shane fue profesor en dos universidades importantes de EE.UU., pero sus investigaciones y escritos se centraron en la historia económica del Perú. Una hermosa colección de esos estudios fue publicada en el 2011 con la colaboración de la Universidad Católica, el Banco Central de Reserva y el Instituto de Estudios Peruanos. En mi opinión, Hunt ha sido un pionero de la historia económica peruana, cuestionando muchas de las ideas basadas en análisis político más que en evidencia numérica, como fueron las interpretaciones del episodio del guano, y el de la racionalidad de las haciendas. Sobre todo, con su análisis cuidadoso, y fuerte sustento estadístico, Shane Hunt nos dejó un ejemplo de lo que es un verdadero profesional de las ciencias sociales, ciencias que navegan en una realidad humana donde las certezas son menos ciertas o seguras que la realidad del mundo de la ciencia física, y Shane ha sido un profesor excelso de ese reto particularmente difícil que tiene la ciencia social. Cada miembro de mi familia, y yo personalmente, nos quedamos enriquecidos y agradecidos de la invalorable calidad personal de Shane.