Ricardo León Dueñas
Para Lampadia
El ultrasuperpoderoso lobby nacional, regional y mundial pro ONG pretende impedir que se amplíe la fiscalización y control a las ONG, labor a cargo de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional-APCI. Nuestro vapuleado e impopular (muchas veces con razón) Congreso viene poniéndole -apropiadamente- el cascabel al gato con un dictamen aprobado en la Comisión de Relaciones Exteriores que propone modificar y reforzar la Ley 27692, norma de creación de la citada entidad estatal en 2002 y que tiene vacíos necesarios de llenar.
Dicho dictamen busca contribuir a la transparencia y sobre todo a la supervisión de la ejecución de las ingentes cantidades de dinero que reciben las ONG de no sabemos dónde, entes que en muchos casos persiguen gobernarnos tras bambalinas e imponernos sus agendas… generalmente progres por lo demás. La propuesta señala que las ONG deberán inscribir obligatoriamente, ante la APCI, sus proyectos, programas o actividades, bajo sanción.
NO pueden ni deben existir «islas» exentas de un control gubernamental. La propuesta del grupo de trabajo parlamentario va en directa consonancia con el marco regulatorio que sobre el particular existe en países que pertenecen a la OCDE, organismo al que aspiramos llegar. Por tanto, no se entiende la altisonante protesta de algunas legaciones diplomáticas con relación a este tema, habida cuenta que en sus propios países existen controles a las ONG.
Bienvenida la cooperación técnica, inclusive la que realice activismo político, pero de ninguna manera se puede permitir que esta actividad signifique un menoscabo al orden interno y defensa nacional o se pretenda socavar a las instituciones existentes, muchas de las cuales están consagradas en nuestra Constitución. Inclusive, se propone crear una intendencia en la SUNAT a fin de transparentar los recursos cooperación técnica internacional que reciben las ONG, las que, con recursos bien habidos y conocidos, van a tener que rendir cuentas al país. Si no hacen nada malo y el dinero es limpio ¿A qué le temen?