Pesca Responsable
(Revista Institucional de la Sociedad Nacional de Pesquería)
Edición 111, Noviembre 2019
El Perú cuenta con ventajas competitivas para desarrollar su acuicultura, pero aún se deben tomar otras medidas necesarias, como un marco normativo promotor de la inversión y la innovación, así como la formación de capital humano.
La Organización Mundial de Alimentos (FAO, por sus siglas en inglés) estima que el 50% del pescado que se consume hoy en el mundo proviene de la producción acuícola, la cual alcanzó las 85 millones de toneladas en el 2018. Se trata actualmente de la industria alimentaria de mayor crecimiento en el mundo, cuyo valor actual es de US$243 mil millones y que duplicaría su nivel de producción hacia el año 2030.
La mayor demanda de proteína animal de la población mundial ha encontrado en la acuicultura una gran fuente de alimentación. Así, esta actividad representa un gran desafío para países, como el Perú, con un gran potencial para el desarrollo de especies cultivadas en mar, ríos o lagos.
Pese a ello, la producción acuícola en el Perú representa apenas el 0.12% de la producción mundial, con alrededor de 105 mil toneladas al año 2018. Para este año se estima un incremento de 6.8%, impulsado por la mayor cosecha de concha de abanico, langostino y trucha.
Para Adolfo Alvial, director ejecutivo del Club Innovación Acuícola de Chile y ex director regional de CORFO, los acualimentos tienen ya una demanda en expansión en todo el mundo. “El número de habitantes crecerá de 7 billones a 10 billones en el año 2050. La demanda por alimentos saludables seguirá creciendo, mientras que la clase media de las economías emergentes, como China e India, crecen de forma exponencial. Entonces, solo la acuicultura podrá suplir dicha demanda creciente por productos del mar saludables. Solo en China, la demanda por recursos pesqueros ha crecido 40% en los últimos diez años”, explicó.
Las ventajas peruanas
¿Por qué el Perú debería impulsar esta industria de rápido crecimiento? Cayetana Aljovín, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP), consideró que nuestro país tiene ventajas competitivas para el desarrollo acuícola y para liderar este rubro en la región. “Una de estas ventajas es el hecho de ser el primer productor mundial de harina y aceite de pescado, ingredientes marinos claves para el cultivo de especies acuícolas”, sostuvo.
En efecto, actualmente, el 70% del procesamiento de anchoveta peruana para consumo humano indirecto está orientado a la acuicultura mundial. De esta forma, se tiene que, por cada kilo de pescado silvestre, se obtienen entre tres y cuatro kilos de pescado cultivado. Una verdadera multiplicación de los peces.
La segunda ventaja es el gran potencial de nuestra Amazonía con su gran capacidad hídrica y diversidad de especies comerciales, como paiche, paco, gamitana, entre otros. En este contexto, Aljovín indicó que para el Perú resulta relevante impulsar real y eficientemente la acuicultura a escala industrial, a través de clústeres productivos que involucren la producción de larvas y alevinos; producción de alimentos balanceados; centros de engorde; cadenas de frío e infraestructura logística, entre otros.
Esfuerzo de todos
Raúl Castillo Rojas, director general de Acuicultura del Ministerio de la Producción (PRODUCE), se mostró convencido sobre la necesidad de fortalecer la investigación y avanzar con alianzas estratégicas para el desarrollo de esta industria. “El gobierno está promoviendo incentivos para la acuicultura. En su mensaje a la Nación, el presidente Vizcarra identificó a la acuicultura como una industria que debe ser fortalecida con incentivos tributarios y laborales”, comentó. En ese sentido, destacó que en el centro del Perú se viene trabajando un proyecto para la construcción de un centro especializado en I+D para impulsar los parques acuícolas, el cual -mencionó- requerirá del aporte del Estado, la industria y la academia.
“Estamos revisando la normativa para impulsar esta nueva industria. Tenemos al Programa Nacional de Investigación en Pesca y Acuicultura (PNIPA) para fortalecer los esfuerzos que ya se vienen realizando. Pero, si todo esto no va de la mano con la academia y la industria, no vamos a avanzar. Las universidades están fortaleciendo su formación en acuicultura, y deben implementarse centros de alta excelencia para lograr este objetivo nacional”, consideró Castillo Rojas.
Mesa servida
Al respecto, Waldo Mendoza, economista de la PUCP, afirmó que, si bien el Perú tiene muchos problemas que resolver, como educación, salud o seguridad, puede apostar por el desarrollo de un sector de rápido crecimiento, como la acuicultura. “Para apuntalar un sector se deben cumplir con ciertos requisitos, como que tenga una capacidad productiva grande y que tenga un mercado casi asegurado, mejor si es de exportación. Eso hizo Chile con su acuicultura, y Perú lo hizo con la minería y la agroexportación”, recalcó.
Indicó que, cumpliendo esos requisitos, un país tiene la mesa servida para el desarrollo de cualquier industria, para lo cual debe implementar otro tipo de acciones, como leyes especiales para impulsarla. “Hoy exportamos 20 veces más productos agrícolas que hace 18 años. Lo que faltaba era irrigación, una ley laboral e incentivos tributarios, y ahí están los resultados”, subrayó.
Medidas complementarias
Para Cayetana Aljovín, presidenta de la SNP, también es necesario mejorar los procedimientos administrativos y las regulaciones, con el fin de lograr un Estado proactivo, eficiente y que evite duplicidad de funciones. “Debemos ir a una acuicultura industrial basada en objetivos productivos por especie. Este enfoque ha ayudado al despegue y consolidación de esta actividad en China como líder en la industria, así como en Australia y Vietnam”, apuntó.
Finalmente, resaltó que el Perú tiene el enorme desafío de convertirse en líder de la agricultura del mar y, por ende, que esta actividad se transforme en un aliado del crecimiento económico, de la seguridad alimentaria y de la reducción de la pobreza.