Por: Pedro Grados Smith
Gestión, 20 de febrero del 2024
Es fundamental tomar medidas adecuadas para recuperar la confianza de los empresarios, lo que permitirá que la inversión privada crezca otra vez.
El crecimiento económico es una condición necesaria, aunque no suficiente para el logro del desarrollo económico y social de cualquier nación. El Perú obtuvo altas tasas de crecimiento durante los primeros quince años del presente siglo, en los que el PBI creció en promedio anual 5.3% –periodo 2000-2014–. Esto permitió la mejora de un conjunto de indicadores, entre los que destaca la reducción de la pobreza monetaria que pasó de 50 % a principios del siglo XXI a 22.7 % en el 2014. Durante el mismo periodo, disminuyó la desigualdad, se incrementó la expectativa de vida al nacer, se redujo la mortalidad infantil y aumentó la tasa de finalización de la escuela secundaria en mujeres, entre otros resultados. Todo esto, gracias a la implementación de un modelo económico ortodoxo y alineado con el llamado Consenso de Washington.
Es importante destacar que, en el periodo mencionado, el Perú creció por encima del promedio mundial, pero, a partir del 2015, ocurrió lo inverso. Por eso, es fundamental recuperar el crecimiento de la economía.
Lamentablemente, después de un tímido crecimiento de 0.3 % en noviembre del 2023, el PBI volvió a caer al mes siguiente en 0.7 %. Sin embargo, los indicadores de la actividad económica de los dos primeros meses del 2024 mostrarían una recuperación. En enero hemos visto el incremento del consumo interno de cemento en 9 %, así como el crecimiento de la demanda de electricidad –que continúa– y de la recaudación de tributos. Todo indicaría que en el primer trimestre de este 2024 se obtendrán resultados positivos, lo que cortaría el período recesivo de los últimos trimestres del 2023.
Para asegurar que el desenvolvimiento económico del país se mantenga en territorio positivo, es necesario seguir trabajando en la consolidación de un modelo de estabilidad macroeconómica y apertura comercial. Las negociaciones para acuerdos de libre comercio con la India y Hong Kong pueden afianzarla y contribuir con un crecimiento de largo plazo. También, se deben monitorear y controlar los riesgos que implican el crecimiento de actividades como la minería ilegal y el narcotráfico, la creciente falta de institucionalidad y el crecimiento del gasto público generado por un Congreso que constitucionalmente no tiene capacidad de gasto. Hay que tomar las medidas adecuadas para recuperar la confianza de todos los empresarios, lo que permitirá que la inversión privada vuelva a crecer después de dos años consecutivos de caída.
En esa línea de análisis, la recuperación de la inversión minera es necesaria, por lo que se requiere destrabar con celeridad inversiones tan significativas como el proyecto Tía María. Hay que tomar en cuenta que la minería metálica creció 9.5 % en el 2023, debido a la puesta en marcha del proyecto minero Quellaveco en Moquegua.
El 2024 debería ser el año de recuperación de nuestra economía. Para que sea posible, urge que las autoridades políticas, en todos los niveles de gobierno, actúen con responsabilidad y generen las condiciones de estabilidad que atraigan inversión privada nacional y extranjera, además de recuperar la confianza de todos los actores de la economía. Asimismo, con el perfeccionamiento de los programas sociales se podrá acelerar la reducción de la pobreza para que la población acceda a los beneficios de una economía más productiva y de un Estado cercano a las necesidades de todos los peruanos.