Patricia Teullet
Perú21, 18 de noviembre del 2024
«Hemos escuchado al ministro de Educación desdeñar la educación presencial como si esta no tuviera relevancia, escuchándolo decir que durante la pandemia el Perú fue uno de los países que más avanzó con la educación no presencial.», manifestó Teullet.
La organización del foro anual de APEC es motivo de orgullo, especialmente en nuestro país, que junto con Rusia y Vietnam “con las justas” llegó a ingresar en 1998, antes de que se suspendiera la entrada de nuevos miembros. El esfuerzo que demandan las actividades relacionadas con las múltiples reuniones no es menor, las cuales abarcan distintos temas. Y aquí estamos, habiendo celebrado las reuniones anuales por tercera vez en nuestro país. Un motivo de orgullo que demuestra que, cuando se quiere, se logra.
Sin embargo, todo tiene un costo y, en este caso, lo hemos visto reflejado en el caos vehicular, los feriados no laborables y el paso forzado a la educación virtual, como si esta fuera sustituta de la presencial. Hemos escuchado al ministro de Educación desdeñar la educación presencial como si esta no tuviera relevancia, escuchándolo decir que durante la pandemia el Perú fue uno de los países que más avanzó con la educación no presencial. Citó un estudio de la OCDE que se contradice con las conclusiones de otros estudios, como el del Banco Mundial, citados anteriormente por el propio ministro de Educación.
Lo que pierden los niños cuando no van a clases difícilmente se puede recuperar y es fácil en el Perú identificar al menos dos tipos de problemas: el primero, el acceso a Internet, lo cual casi milagrosamente se logra compartiendo un teléfono móvil en el hogar, cuando dicha posibilidad existe.
El segundo problema es más complejo: se necesita mantener la atención de los niños ante una pequeña pantalla durante varias horas y lograr que capten lo que el profesor está explicando. Diversos expertos se han pronunciado respecto a este punto y han coincidido en que hay una gran diferencia en calidad entre una clase presencial y una virtual.
Un problema adicional y no menor es el resolver con quién se quedan los niños durante las horas que debieran estar en el colegio. Aunque los días sean no laborables, la informalidad y la precariedad del país hacen que muchos padres de familia tengan que salir a vender su mercancía o a ocuparse en un trabajo a destajo.
Estos problemas y varios más los hemos podido ver y evaluar durante la pandemia. Conocemos el daño que hace “el encierro” al país. Sin embargo, por razones inexplicables se sigue insistiendo en la misma fórmula (a la cual se suman los días feriados que al Congreso se le ocurre inventar cada vez que no tiene nada que hacer, es decir, con mucha frecuencia). Cada feriado es un problema que resolver para las empresas que tienen que asumir sobrecostos por pago de feriado; problemas para los trabajadores que no están en planilla y que solo cobran cuando efectivamente trabajan, y para los padres de familia que no tienen dónde dejar a sus hijos.
APEC se trata fundamentalmente de productividad y desarrollo. Sería interesante conocer la opinión del foro respecto a dejar de trabajar y estudiar con la excusa de su celebración.