Patricia Teullet
Perú21, 25 de agosto del 2024
Dicen que los peruanos somos muy emprendedores. Prueba de ello son los millones de pequeñas y microempresas (mypes). En un país sin seguro de desempleo y donde se ha ahuyentado la gran inversión, volverse empresario o emprendedor termina siendo un eufemismo, afirmó la economista.
Dicen que los peruanos somos muy emprendedores. Prueba de ello son los millones de pequeñas y microempresas (mypes). En un país sin seguro de desempleo y donde se ha ahuyentado la gran inversión, volverse empresario o emprendedor termina siendo un eufemismo. Así, el 87% de las micro y pequeñas empresas son informales y gran parte de ellas tiene baja productividad. Así pues, las mypes terminan siendo casi sinónimo de informalidad.
Los incentivos que se dan para su creación y mantenimiento en la formalidad son insuficientes o terminan impidiendo el crecimiento y transformación a empresas medianas con mucha mayor capacidad de inversión de capital, mayor productividad y menores niveles de informalidad. Además, existe el temor a crecer y enfrentarse a la maraña de normas cada vez más exigente, difícil de cumplir y hasta absurda.
Y no es que las mypes la tengan fácil. El escándalo de las fiscalizaciones y cierre de locales protagonizado por distintos alcaldes develan una realidad presente en muchos distritos donde las normas y fiscalizaciones se convierten en mecanismos de extorsión y donde una gran ayuda para las mypes sería poner límites a las multas y cierre de establecimientos. ¡Cuánto dedica una mype a lidiar con las autoridades! Tiempo improductivo a causa del gobierno, así como también hay uso improductivo de horas por el tiempo que demora el transporte entre el hogar y el centro de trabajo.
La informalidad también cuesta: a la empresa, por ejemplo, la obliga a obtener créditos más caros porque se financia muchas veces con agiotistas; pero le cuesta también a la sociedad. Informalidad es ese ómnibus que cae a un barranco y causa la muerte de casi la totalidad de los pasajeros y también esos dos muchachos que murieron encerrados en un contenedor durante un incendio en Las Malvinas.
Informalidad, aunque para algunos puede ser la única forma de subsistir, también significa competencia desleal con quienes sí cumplen las reglas; empresas que pagan sus impuestos no pueden competir exitosamente con aquellas que pasan por debajo del radar.
En lo laboral, significa trabajadores sin seguro, CTS, ni la protección que las reglas supuestamente les proveen; y cada vez que sale una nueva norma que debe beneficiar al trabajador con costo para la empresa se desincentiva la contratación formal. Así, por ejemplo, ante la decisión de reposición obligatoria de trabajadores despedidos, aumentó la contratación a tiempo definido. Y cada feriado que al Congreso le da la gana declarar significa mayor costo para las empresas y significa también que los autoempleados, que ganan solo los días que trabajan, se quedan sin empleo.
Para reducir la informalidad se deben dar las normas, básicamente laborales y tributarias que incentiven, de arranque, el establecimiento de empresas grandes y medianas. El camino de la mype a la empresa mediana y grande es muy improbable.