Patricia Teullet
Perú21, 18 de marzo de 2016
Ahora que Favre ya no es competencia y sabiendo lo bien que ganaba, me estoy animando a incursionar en la consultoría política. Es tarde para iniciar el negocio para estas elecciones, pero daré gratuitamente algunos tips para que los candidatos me consideren ‘para la próxima’:
Póngase todo lo que le den los pobladores: chullos, ponchos, plumas,… ¡Sonría! Ni siquiera piense en tirar con asco el sombrero que le acaban de colocar. ¡Sonría embobado! (para la cámara). Coma cuy y hasta gato, si se lo ofrecen. Y tome chicha del mismo vaso que usaron 40 antes que usted. Bese niños, abuelitas, deles la mano a todos . ¡Y no se le ocurra sacar su Purell!
Sea (o aparente ser) hijo único y huérfano de padre y madre. La viudez ayuda, pero es feo eso de asesinar a su cónyuge, aunque lo animen los electores. Eso sí, quítele micro, lapiceros y agendas. Y la revista Cosas.
Los familiares que reparten su tarjeta, padres que declaran sandeces o cónyuges que lo ningunean públicamente son problemas, tanto en campaña como en el gobierno.
No importa lo que piense; no tiene que decirlo. Mucho menos si sabe algo de economía. Ofrezca más empresas públicas, para crear empleos; diga que aumentará el salario mínimo en un monto suficientemente alto como para animar, pero no tanto como para que no le crean. Los controles de precios gustan: los jóvenes que hoy toman las calles no saben lo que la hiperinflación ocasionó en la población, ni saben lo que es hacer una larga cola sin certeza de lo que se podrá comprar al final de la misma (pan, leche azúcar, carne,…). Opine contra la minería y denuncie la contaminación que producen esta y otras actividades extractivas.
Hágase amigo de Vargas Llosa. Pídale su aval (ojo, no es la marca de su desodorante). Un artículo hepático del Nobel ayuda mucho. Una visita a Lima, mejor, más si viene con la Preysler.
Y, ojo, ¡no olvide cumplir los trámites para la inscripción correcta! Lampadia