Por: Paola Del Carpio Ponce, Coordinadora de Investigación de REDES
Gestión, 15 de Junio del 2023
La inestabilidad política y falta de servicios e infraestructura adecuada dificultan que el crecimiento nos alcance a todos”.
Apropósito del estreno de la película “Transformers”, grabada en nuestro país, y la expectativa del efecto reactivador que esta pueda tener sobre el sector turismo, cabe reflexionar sobre las dificultades que enfrenta el sector y el efecto multiplicador que traería fortalecer su competitividad.
Mincetur estima que durante la filmación se han gastado dentro del país alrededor de 10 millones de dólares por diferentes conceptos como hospedajes, alimentación, alquileres, transporte, entre otros. Esto beneficia a una gran variedad de proveedores locales. Además, se espera que impulse la recepción de turistas internacionales como se ha dado en el caso de otros países donde se grabaron películas vistas por millones de personas en el mundo.
Estas expectativas optimistas dan esperanza en un contexto complejo para el turismo. El sector fue duramente golpeado por la pandemia en todo el mundo, muy levemente recuperado en el Perú ante una gestión que no le dio suficiente importancia a su impulso y nuevamente afectado por la convulsión social tras el golpe fallido de diciembre pasado. La llegada de turistas extranjeros al país en 2022 alcanzó solo el 45% del total de 2019 y se espera que en este año llegue solo al 50%. Si bien el turismo se encuentra aún rezagado en varios países, el avance peruano ha sido bastante más lento. Esto repercute en su capacidad de generar empleo. En 2022, el turismo generó 500 mil empleos menos que antes de la pandemia.
Resulta entonces un alivio que desde el Ejecutivo se haya retomado la agenda de impulsar el sector. Se está haciendo un esfuerzo importante por promover al Perú como destino de grandes filmaciones con la iniciativa “Film In Perú” e incluso mediante una mesa intersectorial que permita coordinar y facilitar la logística, de modo que seamos escogidos antes que otros destinos. Para que estos esfuerzos tengan mayores efectos multiplicadores sobre el turismo y la economía, es importante trabajar en la competitividad general del sector.
De hecho, a pesar de la riqueza que el Perú tiene para ofrecer, somos menos competitivos para el turismo que otros países de la región, como Chile y Uruguay, sobre todo por problemas relacionados a la sostenibilidad, entorno propicio y disponibilidad de infraestructura. Si queremos ser un destino para grandes producciones y recibir cada vez a más turistas, así como impulsar otras formas de turismo, debemos estar listos para hacerlo adecuadamente y poner en agenda la competitividad del sector de forma estructural. Lo difícil de ello es que requiere el trabajo conjunto de varios sectores y niveles de Gobierno, así como un esfuerzo tanto público como privado.
Un marco interesante para entender mejor la complejidad de la tarea es el índice de competitividad turística departamental que desarrolla Comexperú. Este considera cuatro pilares. Primero, se encuentra el ambiente. Para venir con tranquilidad, un turista necesita la certeza de que tendrá un mínimo de seguridad y servicios que faciliten su estadía. Segundo, la importancia que los gobiernos subnacionales le dan al sector. Tercero, la infraestructura turística necesaria para llegar al lugar y trasladarse en él (infraestructura aérea y vial), así como la de los lugares turísticos por sí mismos. Finalmente, se encuentran los recursos naturales y culturales disponibles en cada región.
Como es de esperar, nuestra región más competitiva es Cusco. Pero existen regiones que siendo muy competitivas en su disponibilidad de recursos, no cuentan con la infraestructura turística necesaria para aprovechar estos recursos. Ejemplo de ello es Amazonas (donde está Kuélap) que se encuentra cuarto en el pilar de recursos, pero décimotercero en disponibilidad de infraestructura. A su vez, están las regiones como Tacna, que ocupa el segundo y tercer lugar los pilares de infraestructura y ambiente apto pero el último en el de recursos. Esto nos dice que hay mucho potencial por ser aprovechado.
De forma similar a las complejidades en el turismo, muchas soluciones para impulsar la inversión privada pasan por una articulación intersectorial e intergubernamental compleja para generar condiciones mínimas para que se dé y crezca la actividad económica. La inestabilidad política y falta de servicios e infraestructura adecuada dificultan que el crecimiento nos alcance a todos. Como una gran producción que genera ingresos hoy a varios negocios locales y promete impulsar mayores oportunidades en el futuro, la inversión es un motor capaz de generar crecimiento actual y multiplicarlo en el tiempo dado su rol en la generación de empleos. Pero multiplicar se ve cuesta arriba con un segundo año consecutivo de caída de la inversión. Resulta crítico ver un rol activo del Estado en promover al país, generar confianza y fortalecer la competitividad.