Entrevista al Padre Omar Sánchez
Perú 21, 22 de abril de 2025
Mayra Calderón Cornejo
Es representante de la parroquia Santa María de la Diócesis de Lurín. Reconocido por su labor solidaria hacia las ollas comunes.
Lejos de un discurso persecutor, el papa Francisco supo hablar con amor y abrazar a los desprotegidos propalando en el mundo entero la fe de Cristo. Fue, sin duda, un papa que rompió la forma de ver a la Iglesia católica, que acercó un poco más a los católicos (y no católicos) a Dios.
Entre los hechos históricos de sus 11 años de gestión en el Vaticano, está la proclamación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que invitó a toda la Iglesia a practicar el perdón, la reconciliación y la compasión. Durante este tiempo, se abrieron las “Puertas Santas” en todo el mundo, incluso en cárceles y hospitales, simbolizando que la misericordia de Dios está abierta para todos, sin excepción. También enfrentó el escándalo de abusos sexuales. En 2019, emitió el motu propio Vos Estis Lux Mundi, que obliga a clérigos y religiosos a denunciar casos de abuso y encubrimiento, marcando un antes y un después en la forma en que el Vaticano aborda estos crímenes. Hoy el mundo entero lamenta la muerte de quien en vida fue el papa Francisco.
Para el padre Omar Sánchez, representante de la parroquia Santa María de la Diócesis de Lurín, muerte de Francisco deja un mensaje claro: “La Iglesia es del mundo”.
¿Cuáles han sido los momentos más importantes del papa Francisco?
Creo que uno de los momentos más importantes del papa Francisco fue su visita al Perú sin visitar su patria Argentina. En Chile, por ejemplo, no tuvo la acogida que se esperaba por diversos problemas que atravesaba el país. Cuando llegó al Perú, un país muy comprometido con la fe, se le recibe con muchísimo cariño. Uno de los momentos especiales fue cuando dijo una frase que se quedó en la memoria y es que el Perú ya venía atravesando muchos problemas políticos, de corrupción, de dificultad, de pobreza. Recuerdo que en la misa de clausura dijo lo siguiente: “No permitan que les roben la esperanza”. Porque se sentía en ese momento eso, que nos estaban robando la esperanza. Ese momento fue muy clave y especial en su pontificado.
La decisión de la disolución del Sodalicio fue una decisión esperada hace mucho por las víctimas.
Mi opinión aquí es impopular. Estoy de acuerdo con la condena total y de penas de cárcel para aquellos que abusan y cometen delitos, dentro y fuera de la Iglesia, pero sobre todo dentro de la Iglesia. O de adultos que están bajo tu responsabilidad, y que los manejas psicológicamente. Creo que la suspensión y disolución del Sodalicio fue un exceso de la Iglesia, no del papa Francisco sino de su entorno. Se debió de condenar a las personas, pero no a la institución, esta debió de continuar. No estoy a favor de los abusadores, ellos debieron de ser condenados y las víctimas indemnizadas. Debió de darse un chance al Sodalicio para reformularse en su totalidad porque así como hay malos sacerdotes, también los hay buenos.
El papa Francisco se ha caracterizado por acercarse a las minorías. Tuvo gestos con la comunidad LGTB y las madres solteras. Escuchaba mucho a los jóvenes.
Esto ha sido muy bueno, lo que ha hecho el papa Francisco es visibilizar esta cercanía que la Iglesia ha tenido siempre. La Iglesia siempre tuvo un problema de comunicación, no es novedoso que la Iglesia acepte a personas homosexuales y que no las juzgue, no es novedoso que la Iglesia acepte a las madres solteras y que no las juzgue ni las condene. No es novedoso que la Iglesia les abra las puertas a los divorciados y se vuelvan a casar, esto no es una novedad de Francisco.
¿Entonces?
Lo que ha hecho el papa Francisco es hablarlo tan claramente que se ha entendido. La Iglesia siempre tuvo las puertas abiertas a la misericordia, al perdón. Lo que hizo Francisco es verbalizarlo con mucha pasión, con mucha efusividad. Un tema adicional es que Francisco hablaba el castellano y era más fácil para nosotros captar esa cercanía mientras que a un papa polaco se le tenía que captar esa traducción. Por ejemplo, en una actividad en Río de Janeiro les dijo a los jóvenes: “No balconeen la vida”, es decir: no la miren desde un balcón. Frases como esa ha permitido a los hispanoamericanos poder entender mejor su mensaje.
Javier Cercas escribió una biografía sobre el papa: ‘Un loco de Dios en el fin del mundo’. Ha sido la primera vez que el Vaticano le abre las puertas a un escritor y que acompaña a un papa a Mongolia.
Desde que el papa Francisco daba sus conferencias en los aviones y hablaba de temas varios… Creo que es riquísimo que un periodista laico acompañe al santo padre a una visita al fin del mundo, no a España, no a Estados unidos sino a Mongolia con un número chico de católicos. El papa no le puso ningún filtro, eso pudo ser peligroso si lo vemos de la forma en que un periodista no pueda darle una correcta interpretación de lo que enseña la Iglesia, pero valió la pena correr el riesgo.
¿Qué deja el papa Francisco al mundo?
Creo que la Iglesia se ha enriquecido, después de haber un papa tan fuerte que ha marcado la historia como Juan Pablo II, Benedicto XVI con un estilo alemán, viene un papa de Latinoamérica que dice que la Iglesia es del mundo. Creo que hay que agradecer a Dios por este papa y ver lo que se viene ahora. Todos los que entrarán al cónclave son papables. Rezar para que el Espíritu Santo haga su obra para que enfrente los retos que se vienen a futuro. El principal es ser capaz de enfrentar un mundo que se está destruyendo por ideologías. La verdad de Jesucristo es lo único que nos salvará de la decadencia.
Autoficha:
-“Soy el padre Omar Sánchez, vengo a hablar del papa Francisco en la Iglesia católica y en el mundo. En vida, el papa Francisco ha tenido una virtud muy particular: llegó a la gente de a pie y que no participaba en la vida eclesial. Esa es una riqueza que hay que rescatar”.
-“Y él habla y critica a los sacerdotes que hablan diferente porque van en contra de lo que enseña la Iglesia y a veces lo que nos falta es estar correctamente formado y hablar desde la Iglesia. No a través de nuestros traumas personales o de nuestras ideologías”.
-“La Iglesia católica es una idea de acogida, de abrazo y de apertura hacia nuestro prójimo. Nunca debemos de juzgar a una persona homosexual que vive en celibato o tiene una relación; qué derecho tengo yo de juzgar a una persona si esa persona también está buscando a Dios”.