Entrevista al líder del PP español, Pablo Casado:
El Mercurio – Chile
Por Carolina Alvarez Peñafiel
12 de diciembre, 2021
Fuerte crítico de los populismos, el diputado asegura que los partidos de centroderecha deben volver a los principios y defender las libertades, sin “disfrazarse” de otras soluciones.
El Grupo de Puebla avanza y, sin embargo, los que defendemos la libertad no respondemos a la misma velocidad”.
Pablo Casado ha sido líder del Partido Popular español (PP) en oposición y tiene intenciones de gobernar. Dice que puede volver a entusiasmar al electorado con un proyecto que mire al centro, que defienda las libertades y ponga el foco en las personas. Sus planes tienen una dimensión internacional y es lo que vino a buscar esta semana en una gira sudamericana que lo trajo a Chile.
“Hay que construir lo que vine a buscar y que es una alianza por la democracia, por las libertades, que lamentablemente en el continente han sufrido una regresión en los últimos años. Empezaron las amenazas con el socialismo del siglo XXI que fue la exportación del castrismo bien financiado por Venezuela, por Chávez, y que llegó a Ecuador y que llegó a Bolivia, que se infiltró claramente también en Argentina”, afirma Casado en esta entrevista con “El Mercurio”, poco antes de que se reuniera con el Presidente Sebastián Piñera. En las escalas anteriores, también sostuvo encuentros con los mandatarios de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y con referentes de la oposición de Argentina, como el expresidente Mauricio Macri y el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
Casado explica que la alianza por la libertad que promueve “es reivindicar los cinco pilares básicos que hacen avanzar no solo las libertades, sino que la prosperidad y la seguridad, sea cual sea la familia política que los pone en marcha” y que son la democracia representativa liberal, el Estado de Derecho, la economía de mercado y la defensa de la propiedad privada y del libre comercio, el Estado de Bienestar, y una seguridad ciudadana, estratégica y de defensa.
“¿Por qué empezar por el cono sur? Porque las elecciones (legislativas) en Argentina dan una esperanza de que pueda haber en las próximas presidenciales una alternancia y porque las elecciones en Chile son un auténtico desafío para ver qué modelo va a seguir el país después de, en mi opinión, unas legislaturas (mandatos) muy exitosas de Piñera. Y Paraguay y Uruguay, pues son países en los que tanto Abdo como Lacalle están haciendo una buena labor”, dice el dirigente de 40 años.
Diputado del PP por Madrid, Casado asegura que la alianza “ahora mismo sería algo muy importante, porque después del covid-19 hemos visto que incluso entre los jóvenes hay quienes están dispuestos a sacrificar la libertad por la salud y la seguridad. Y hay jóvenes que empiezan a ver los sistemas autocráticos chino o turco o ruso como un buen negocio. Y eso es algo que claramente tenemos que combatir. (…) Hay que definirlo muy claramente, sobre todo en el continente americano frente a las gravísimas dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua… Contra toda lógica hay países democráticos con gobiernos de izquierda que no solo no condenan esas dictaduras, sino que encima se sienten inspirados ideológicamente por ellas”.
Comenta que le preocupa “muchísimo” la postura del gobierno español por la participación de Podemos “que es una organización política financiada por estas narco dictaduras directamente, desde los gobiernos de Ecuador, en su día, Bolivia y sobre todo Venezuela” y porque “incluso el Partido Socialista está negándose a definir a Cuba como una dictadura, después de 60 años”. A nivel regional, dice, “el Grupo de Puebla blanquea las dictaduras de Nicaragua, Venezuela y Cuba” al no condenar la represión de las oposiciones en esos países.
“Las dictaduras hay que combatirlas sean de izquierdas o de derechas. Nadie entendería que un partido político defendiera a Franco o en Chile defendiera a Pinochet, o en Argentina a Videla o en Paraguay a Stroessner. Claramente, la libertad no entiende de ideologías. La libertad son derechos humanos, la dignidad de la persona”, sostiene.
Casado plantea que hace falta desde la centroderecha buscar una alianza amplia “que diga ‘sea usted del partido que sea, defendamos la libertad’”. “En Chile, ambos bloques han defendido la libertad; Felipe González, un histórico líder socialista en España es absolutamente claro a la hora de combatir a las dictaduras (…). Y eso hay que revitalizarlo porque el Grupo de Puebla avanza, sobre todo con José Luis Rodríguez Zapatero en nuestro caso, y sin embargo, los que defendemos la libertad no respondemos a la misma velocidad”, agrega.
—Uno de los retos políticos en común para España y América Latina ha sido la aparición de formaciones en los extremos. ¿Cómo se aborda esto y cómo reconquistar a esos votantes que se ven atraídos por soluciones populistas, nacionalistas?
“Siempre digo que para vencer a los populismos, no hay que disfrazarse de populista. Los populismos prometen soluciones fáciles a problemas complejos que acaban generando frustración y que pueden devenir en autoritarismos. El populista utiliza medios democráticos para entrar en las instituciones, desde allí las vacían, las reescriben para tratar de perpetuarse en el poder. (…)
Creo que lo que planteamos ahora en España es que hay que volver a la centralidad. El populismo genera dos bloques y es como si imantara la sociedad, hace que el centro quede totalmente vacío y haya que ganar las elecciones desde uno de los dos extremos.
Hay que volver a ensanchar el centro político para que la izquierda y la derecha puedan ganar en él. Y luego hay que tener un estribo al que agarrarse. En el caso de España, es el régimen de la transición, de la Constitución y Europa. Eso es el anclaje en el que los partidos europeos —ha pasado en Alemania, en Francia, en Italia— están consiguiendo volver a ser hegemónicos frente al populismo.
Esa yo creo que es la receta, desde la centralidad defender no disfrazándose de esas soluciones sino con principios (…)”.
Casado sostiene que es necesario que la sociedad civil —familias, universidades, empresas, sindicatos, patronales, asociaciones, medios de comunicación— crezca “en detrimento del gobierno, no del Estado” y agrega que sabe que en “Latinoamérica hay que fortalecer el Estado, las instituciones, el Estado de Bienestar”. “Estoy convencido de que el populismo colectivista a ambos lados, se supera con una política hacia las personas, en la que los gobiernos y los políticos están a su servicio. El empoderamiento de verdad es decirle a un autónomo, a un trabajador, ‘estoy a su servicio, no le voy a poner palos en la rueda para desenvolverse, pero cuando usted caiga, cuando a usted le falte algo, ahí está el gobierno para ayudarle’”.
—Esa es su visión para un gobierno. ¿Cómo se está preparando para recuperar la confianza de los españoles, pensando en las elecciones de 2023?
“Las cosas van bien para el Partido Popular. Las encuestas dicen que estamos por encima del Partido Socialista, lo cual no es nada fácil, apenas dos años después de la investidura de Pedro Sánchez y con todo el poder que ha aglutinado, del Estado, de los reguladores, de la justicia, de los medios de comunicación (…). Primero porque la gestión ha sido muy mala a nivel de pandemia y a nivel de economía, España es el país que más ha caído en el mundo desarrollado, durante la pandemia y el que más tarde se va a recuperar. El país que más desempleo tiene en la Unión Europea, o el que más inflación tiene o el que tiene más déficit estructural, lo cual es ser el campeón en las cuestiones que afectan (negativamente) a las clases medias y trabajadoras. El empobrecimiento es terrible en España.
Dicho eso, la gente vuelve a ver al PP con esperanza porque hemos hablado claro de lo que queremos hacer, porque hemos dicho que los ciudadanos van a mandar en un programa de reformas de reforzamiento institucional, de independencia judicial, de recuperación del vínculo americano, de presencia internacional, de unidad territorial en España. El segundo bloque es de competitividad económica (…). Y el tercero es la sostenibilidad del Estado de Bienestar, que por la natalidad y la crisis económica se hace difícil.
Queremos hacer un proyecto para una nueva mayoría, muy transversal, muy cercano, que es lo que nos está dando buenos resultados, con una cuestión añadida: que los gobiernos regionales y municipales del partido están gestionando muy bien (…) y la gente dice ‘ese modo de gobierno me gusta más que el de Sánchez”.
—Llegado el momento, usted se encuentra al frente de una Legislatura y tiene la primera minoría como le pasó a los últimos dos gobiernos. ¿Está dispuesto a cruzar el pasillo y acordar con Vox?
“Hay dos reflexiones para hacer y una es que ojalá tuviéramos mayoría absoluta, hoy las encuestas no nos la dan (…) Si no hay mayoría absoluta, hace falta al menos conseguir unos apoyos para la investidura (más ‘sí’ que ‘no’ al gabinete propuesto) aunque luego puedas pactar a un lado o a otro para cada ley o presupuesto.
Un ejemplo es lo que hizo Mariano Rajoy en la repetición electoral, como no tenía mayoría, no quería gobernar con el Partido Socialista, pero pidió que se abstuviera para dejarle gobernar. Y fue lo que pasó (…) y Rajoy gobernó con Ciudadanos. Y el resto de los apoyos los fue consiguiendo dependiendo de la ley.
Hay otra opción, que es lo que ha pasado en las elecciones autonómicas y municipales, y es: si tenemos más votos que una alternativa de la izquierda y los nacionalistas, se va a ir a una investidura y cada uno se retrata (…) Al final quien se retrata es quien facilita una investidura (sin entrar al Ejecutivo) de un lado o de otro: es decir, que la investidura no te condicione la labor de gobierno porque tengas un apoyo suficiente como para no necesitar un gobierno en coalición”.
—Vino a Chile en un momento particularmente relevante. ¿Cómo ve la elección, probablemente la más polarizada de las últimas décadas?
“Lo primero que tengo que decir es que estoy muy satisfecho con la labor que ha hecho el Presidente Piñera, yo sé que ha sufrido toda la agresividad de sus adversarios (…). Pero creo que los resultados son objetivamente extraordinarios. ¿Cómo está Chile en la lucha contra el covid-19? Está a la cabeza del mundo desarrollado. ¿Cómo está Chile en materia de crecimiento económico? Un 12%, España está creciendo a un 4%. ¿Cómo está Chile en empleo? ¿Cómo está Chile en, por ejemplo, estándares de calidad de vida después del covid-19? El último informe que ha salido la semana pasada: a la cabeza de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Creo que se pondrá en valor la gestión que ha hecho Sebastián Piñera como se puso en valor su primera legislatura (mandato). Ha sido una gestión que ha luchado contra la desigualdad y a favor de los más necesitados.
La coalición gubernamental no consiguió colocar a un candidato en segunda vuelta y por respeto a procesos internos de otros países de los cuales yo no soy nacional, pues diré que me encontraré muy cómodo con la apuesta que hagan mis socios (internacionales), en este caso la coalición de gobierno, que aún no lo ha hecho público. Mantengo una prudencia que es lo que alguien extranjero tiene que hacer en un proceso electoral.
Pero sí que voy a hacer una reflexión: lo que sí sabemos es a qué conduce la izquierda populista, porque lo sufrimos en nuestro gobierno. Si verdaderamente a un candidato lo apoya Podemos, verdaderamente sabemos lo que ha hecho Podemos en España: es una quiebra del Estado de Bienestar, una insostenibilidad de las pensiones, una quiebra de la calidad sanitaria y educativa, y una auténtica ruina en las cuentas públicas y una división territorial”.
Casado estuvo en Chile el viernes, cuando se reunió con el Presidente Piñera. CRISTIÁN CARVALLO