Pablo Bustamante Pardo
El Comercio, 7 de febrero del 2025
“Hay muchos proyectos muy positivos que se desarrollaron con el auspicio de Usaid. Pero la pandemia ‘woke’ infestó a esta magnífica organización”.
La pandemia ‘woke’ y el llamado progresismo, disfrazados de una nueva ideología fundamentalmente identitaria, puesta al servicio de intereses políticos partidistas, ha malogrado instituciones nobles como Usaid.
Esta agencia de apoyo al desarrollo internacional, creada en los años 60, ha sido muy positiva en una serie de programas de desarrollo en el Perú, como en el caso de los cultivos de espárrago y muy especialmente del café y el cacao.
“A mediados de los 80, la región sureña de Ica validó el cultivo de espárragos (variedad UC157) en esa zona, con apoyo financiero de Usaid para producir y exportar espárrago verde en fresco”, señala el portal de Agraria.pe. “El café es el segundo sustituto más utilizado para reemplazar el cultivo de coca. A través de esta alianza Usaid, y el sector privado ayudan a sacar a miles de familias rurales de la pobreza y las integrará a la economía lícita”, asevera la Cámara Peruana del Café y Cacao.
Hay, por supuesto, otros muchos proyectos productivos muy positivos que se desarrollaron con el auspicio de Usaid. Pero, lamentablemente, la pandemia ‘woke’ infestó a esta magnífica organización con un espíritu político identitario que hasta se convirtió en enemigo de varios emprendimientos económicos positivos en la región de la selva, inicialmente apoyados por el mismo Usaid.
Incluso adoptó políticas de direccionamiento de sus proyectos en función de sus eventuales impactos en temas de género, la agenda LGTB, etc.
Ahora basta ver la lista de apoyos financieros otorgados a una serie de instituciones antidesarrollo y antiinversión privada, para comprobar el desenfoque de esta, otrora, agencia de apoyo al desarrollo.
En mi opinión, una institución infestada tan profundamente es difícil de salvar mediante cualquier tipo de reorganización.
Estados Unidos nunca dejará de apoyar programas positivos de desarrollo y de lucha contra las drogas. Espero que su espacio de acción futuro se aleje de la ideologización y la politización de las que Usaid ha sido una lamentable víctima.Esta agencia de apoyo al desarrollo internacional, creada en los años 60, ha sido muy positiva en una serie de programas de desarrollo en el Perú, como en el caso de los cultivos de espárrago y muy especialmente del café y el cacao.
“A mediados de los 80, la región sureña de Ica validó el cultivo de espárragos (variedad UC157) en esa zona, con apoyo financiero de Usaid para producir y exportar espárrago verde en fresco”, señala el portal de Agraria.pe. “El café es el segundo sustituto más utilizado para reemplazar el cultivo de coca. A través de esta alianza Usaid, y el sector privado ayudan a sacar a miles de familias rurales de la pobreza y las integrará a la economía lícita”, asevera la Cámara Peruana del Café y Cacao.
Hay, por supuesto, otros muchos proyectos productivos muy positivos que se desarrollaron con el auspicio de Usaid. Pero, lamentablemente, la pandemia ‘woke’ infestó a esta magnífica organización con un espíritu político identitario que hasta se convirtió en enemigo de varios emprendimientos económicos positivos en la región de la selva, inicialmente apoyados por el mismo Usaid.
Incluso adoptó políticas de direccionamiento de sus proyectos en función de sus eventuales impactos en temas de género, la agenda LGTB, etc.
Ahora basta ver la lista de apoyos financieros otorgados a una serie de instituciones antidesarrollo y antiinversión privada, para comprobar el desenfoque de esta, otrora, agencia de apoyo al desarrollo.
En mi opinión, una institución infestada tan profundamente es difícil de salvar mediante cualquier tipo de reorganización.
Estados Unidos nunca dejará de apoyar programas positivos de desarrollo y de lucha contra las drogas. Espero que su espacio de acción futuro se aleje de la ideologización y la politización de las que Usaid ha sido una lamentable víctima.