Otto Guibovich Arteaga, Excomandante general del Ejército
Mayo 2018
Ancash la región más hermosa y rica del Perú, confronta gravísimos problemas de gestión que desembocan en índices de desarrollo infrahumanos, desorden en 360 grados, inseguridad multidimensional y todo ello por precarias decisiones donde se combinan incompetencia y corrupción rampante.
Es incompetente quien siendo alcalde o gobernador no entiende las prioridades en la inversión pública y permite que en muchos lugares de la sierra y en la periferia de las ciudades costeñas, puedan existir niveles de desnutrición crónica infantil que alcance el 80% o que la mortalidad infantil pueda escalar a 67/1000. O que en la era digital y del conocimiento alrededor del 50% en lugares alejados sea analfabeto sin que a las autoridades se les ponga los pelos de punta e inicien cruzadas sin fin para erradicar estos males.
El agua potable en Ancash que tiene más de mil lagunas y el río más caudaloso de la costa peruana es privilegio solo de tres ciudades. Los cincuenta restantes pueden tener agua entubada y los centros poblados menores carecen de todo lo elemental. Si no hay agua potable tampoco hay desagües y los vertederos por gravedad ocupan su lugar en las inmediaciones de las casas más pobres y las familias deben soportar la cacosmia, (Marco Aurelio Denegri dixit), agravando su condición de pobreza con enfermedades y la anemia qué hay que desterrar.
Establecer prioridades es fundamental en la gestión y la primera es la vida humana. Se pueden remodelar plazas o construir monumentos y quedar muy bonito con amigos o promotores, pero si 200 metros más allá tienes gente sin agua potable eres un gestor inútil a la sociedad y mucho de ello sucede casi con resignación de quienes no tienen voz y también de muchos que teniéndola prefieren el deleite del canto de sirena (o la flauta de Hamelin) para prolongar su indiferencia consciente. Visitar zonas altoandinas alejadas o volver a la periferia de Nuevo Chimbote o San Pedro es casi lo mismo. Se encuentra el rostro más crudo de la pobreza.
Ancash tiene más de 70 obras paralizadas por problemas de origen donde los avivatos calzan las bases y términos de referencia a su justa medida y emergen nuevos millonarios sucios en el sector público y en el privado. La lenta inversión pública genera empleo temporal y tenemos pobladores que pueden alcanzar una clase media tipo “montaña rusa”. La pobreza que el 2010 rozaba el 28%, bajó al 21% en el 2014. Hoy nuevamente alcanza el 27.5%. Y la remodelación de plazas y construcción de elefantes blancos, ay siguen creciendo.
En Huari existe una carretera fantasma con documentos completos de inicio y término y la carretera no existe. Por cierto, hay más obras fantasmas. Represas cuyos muros de contención pueden tener 15 cm y están inutilizables, carreteras sobrevaloradas, inconclusas como la de Carhuas-Chacas, que Adams y a la vista tiene anchos de vía irregulares según sea roca o tierra. Cualquier auditor de ISO 9001 no la habría aprobado. El espesor del asfalto de la carretera Casma-Huaraz en algunos tramos es tan delgada como su horizonte de vida. Infraestructura abandonada como él compactador del relleno sanitario de Coishco que costó 6 millones de soles y está paralizado desde pocos meses de su inauguración. O el colegio Víctor Andrés Belaunde en el casco urbano de Chimbote que tiene cuatro años paralizado y los alumnos repartidos en otros colegios. Se habría pagado alrededor del 80% y su nivel de avance está “desnivelado” por decir lo menos.
Hay muchos elefantes blancos y obras fantasma mientras la población pobre sigue siendo pobre como hace cincuenta o quizá cien años, los hemos dejado en el túnel del tiempo. De la nada, nada sale y la gente pobre requiere oportunidades y un gobierno dinámico. El movimiento se demuestra andando y el gobierno regional tiene que ser móvil y estar en donde se requiere vacunas, combatir la anemia y desnutrición, soluciones de educación, capacitación en tecnologías de riego, etc. Los gestores encerrados en su “torres de marfil” que pretenden gestionar a control remoto no sirven para la coyuntura ancashina.
En Ancash no hay inversión privada de impacto en los últimos tiempos. Nadie va donde coexisten delincuentes de todos los pelajes y sicarios. O donde proyectos como Chinecas no acaba de ser una realidad. La inversión pública ayuda, pero no es solución definitiva al desempleo. Por ello es importante recuperar el orden sobre el caos administrativo, la seguridad multidimensional que permita avanzar en el fin supremo de toda gestión: el bienestar de la población.
Un presidente de un país vecino afirmó que el mejor desinfectante contra la corrupción es la luz solar. Metáfora para explicar que el antídoto de la corrupción es la absoluta transparencia de los procesos. La población debe conocer y los gestores publicar, todo lo relativo a licitaciones, buena pro, términos de referencia. Cada licitación debe ser efectivamente pública y trasmitida por televisión. Única forma de combatir de manera efectiva a la corrupción. Detrás de la pobreza extrema, los elefantes blancos u obras fantasma, está la corrupción con sus mil rostros.
Queda claro que para que lo anterior funcione se requiera que la cabeza del cuerpo, de el ejemplo. Moquegua e Ica son dos ejemplos de cómo se puede mejorar la educación y como se puede poner freno a la corrupción. El hoy presidente Vizcarra lo hizo en su región y Fernando Cilloniz demuestra que se puede batir al monstruo de mil cabezas.
Se requiere el compromiso de los gestores y que la población entienda el beneficio de la transparencia que permite ahorrar para dar solución a los problemas sociales, impulsarle empleo y homogenizar el bienestar social.
Hay que romper círculos viciosos y modelos mentales de personas acostumbradas a la plata fácil y a convertirse en millonarios no por su esfuerzo genuino sino de manera turbia. Todos los empresarios deben tener oportunidades por igual y compromiso con la transparencia por igual. Nadie tiene porque pagar diezmos porque nadie tiene porque pedirlos y ello debe entenderse bien y tiene que cumplirse. Solo así se erradicarán los elefantes blancos y se rescatará a nuestros compatriotas pobres, sumidos en el túnel del tiempo.
Es de sumo interés generar inversión privada de largo plazo que genere oportunidades de trabajo como es de interés fundamental que el gobierno regional impulse las iniciativas de emprendimiento. Muchas actividades pueden dinamizar el ande: la siembra masiva de pinos y piscicultura (truchas) hasta el nivel exportación como la agroindustria que además de Casma y Nepeña, prenda en el Santa y otros valles costeños. Las regiones que menos desempleo tienen hoy son potentes en agroindustria. He ahí ejemplos vívidos.
Ancash por su riqueza en estado potencial y sus fortalezas actúales está llamada a ser la primera región del país. Y lo será.