¡¡¡ Fuera los corruptos e incapaces¡¡¡
OSCAR FERNANDEZ OROZCO, periodista
Para Lampadia
“los comunistas no niegan la libertad, ni quieren destruir la democracia. Es una vulgar calumnia sostener semejante infundio”
Tomado del libro “Reportaje al futuro”, página 31, escrito por el poeta comunista Gustavo Valcárcel, en julio de 1963. 26 años antes de la caída del muro de Berlín.
Algunas columnas de opinión política para que tengan tufo intelectual tienen que ser largas, farragosas, con citas de autores que nadie o muy pocos han leído, sin denunciar contundentemente la corrupción, ni señalar los corruptos y la obsesiva búsqueda de un centro, aunque este resulte folklórico, insustancial, no preparado, inculto y hasta peligroso para el futuro de algo tan importante como la vida de los ciudadanos de un país.
Al respecto, una comentarista de los sábados, dice que las elecciones han perdido el centro por las caídas en las encuestas de Forsyth y Guzmán y pone sus esperanzas en que sepan recuperarse estos dos sujetos.
Elude analizar porque las elecciones se polarizan, porque es ineludible que esto suceda frente a posiciones tan antagónicas como un proyecto de libre mercado y el populismo de la estatización de minas; la política del BCR y el pretendido regalo comunista de los ahorros públicos vía bonos y la insulsa modificación constitucional.
Imaginan algunos analistas que es posible que liberales y comunistas puedan comer del mismo plato electoral. Eluden que las elecciones son el campo de batalla democrático de las ideas y proyectos país. Que los éxitos de los años de libre mercado no se pueden entregar a la demagogia, el populismo y los comunistas. No pueden caer en manos de parásitos del Estado.
Que solo la modificación constitucional basta para dividir a la derecha de la demagogia izquierdista. Que ningún hombre y mujer que aman la libertad pueden aplaudir, guardar silencio o hacerse los locos, frente a la tragedia de Venezuela ocasionada por el comunismo. Tampoco dejar de reconocer la tragedia de esa Cuba igualada hacia abajo, sin libertad desde 1959 y con presos y perseguidos políticos.
Ningún ciudadano libre de nuestro país puede cerrar los ojos a esos millones de venezolanos que han huido de su nación y prefieren vivir con sacrificio en Perú y otros países, y dispuestos a llegar hasta pedir una limosna antes que soportar el “paraíso comunista” de Maduro y sus esbirros.
Por tanto, la cuestión es clara: Ganar las elecciones e impedir que nos roben nuestro país. No hay punto medio, se trata de defenderte de la asonada comunista y la nostalgia marxista de quienes no tienen una sola nación para mostrar como ejemplo exitoso. Ni siquiera una aceptable gestión municipal.