Por: Óscar Fernández Orozco, periodista
Para Lampadia
Hace años, en la revista Caretas, conversaba con el periodista y escritor José Bernardo Adolph y me decía que en el Perú no podía haber novela política porque la realidad era superior a la ficción.
La caída de Cateriano es un triunfo rotundo de Vizcarra y Maximiliano Aguiar (terminó su tarea en Perú).
En 30 horas, Vizcarra «armó» un nuevo gabinete. Ahora tiene un militar incondicional al frente del Gabinete, listo para meternos en otra cuarentena y que le cuida las espaldas sobre cualquier malestar militar, junto con otro militar en Interior. Con «la nena», en las nubes, jurando por tercera vez como ministra de economía, tiene asegurado el billete para todas las campañas vinculadas a su imagen, pago de publicidad, «asesores» de opinión y las nuevas limosnas al pueblo. Nuevo ministro de Trabajo que le cuide las espaldas con la CGTP y el favor de los terrucos anti mineros. Además, en salud, una profesional sobre estimada y en momentos que podemos estar alcanzando el tope alto de muertos por covid y estarían llegando las camas y el oxígeno, Esto será «noticia» para la propaganda que harán los Medios comprados. Finalmente, es notorio que Vizcarra ya no tiene ningún ministro que aprobó el cierre del Congreso, Se liberó de Cateriano y de paso le metió una patada a la nefasta Montenegro.
No sé si es mucho especular, pero me temo que el Congreso podría postergar las elecciones para que el bi centenario sea una «celebración ordenada» ante los ojos de los presidentes y autoridades invitadas. Pero de todas maneras Vizcarra saldrá de Palacio con las encuestas altas y listo para candidatear el 2,026 y así tener un mínimo de 15 años de protección constitucional. Toledo, Humala y PPK son un chancay de 10 centavos.
Cómo olvidar que Vizcarra armó la caída de PPK, que se alió con los fujimoristas y luego de jurar la presidencia los traicionó, que realizó un referendo para destrozar a la clase política, que se unió con los terroristas mineros para evitar sacar adelante Tía María y que cerro el Congreso metiéndose a patadas. Sin duda, un tipo siniestro. Montesinos luce como un enano a su lado. El Perú parece no tener fondo, siempre hay alguien peor.
El soberbio Cateriano fue tan inocente que creyó que Vizcarra aceptaría un acercamiento a las inversiones nacionales y extranjera. Que podrían participar las empresas privadas, la iglesia y las FFAA en la lucha contra el Covid, Que, con el tema minero puesto como indispensable, podría siquiera forzar a poner en marcha Tía María. El nuevo Premier le huyó al asunto minero. Un tema que es bueno para los 31 millones de peruanos, pero no funciona porque un grupo de agitadores rojos lo impide.
Tenemos garantizada la crisis y el posible triunfo de la izquierda y el populismo.
PD. ¿Porque tratan de tapar la cantidad de muertos? La verdad es el mejor mensaje para que la gente se cuide.