Nelson Torres
Consultor
Para Lampadia
Desde hace unos años, cuando uno escucha a alguien de izquierdas defender (desde lo económico) sus propuestas, el argumento central es la “desigualdad” que genera el modelo capitalista. Complementan sus afirmaciones con sesudos comentarios sobre la precarización laboral, los derechos de las minorías y en general, por la explotación laboral del “capitalismo salvaje”. Cuando se les pregunta sobre el “capitalismo salvaje” de la China comunista, cambian de tema o, eventualmente, buscan alguna justificación metafísica.
Considero importante no perder la perspectiva. Conocer cuál ha sido el devenir histórico desde el inicio del capitalismo. Es fácil cuestionar una situación, que seguro no es perfecta, sin tener en cuenta los antecedentes.
Cuando Marx y Engels, teorizaban y complotaban contra el “vil capitalismo”, en ese momento todavía emergente, más del 80% de los seres humanos vivían en situación de pobreza. De acuerdo con la información de https://ourworldindata.org/a-history-of-global-living-conditions, el año 1820 cerca del 90% de los seres humanos eran pobres, solo una de cada diez personas no era pobre.
Para el año 2015, sólo el 10% de los habitantes del planeta se encontraba en situación de pobreza extrema. Nueve de cada diez personas habían superado la pobreza. La situación se invirtió en el período de análisis. En poco menos doscientos años, la humanidad avanzó mucho en la solución de un problema permanente en toda su historia: la pobreza. Es presumible que en toda la historia humana anterior, los niveles de pobreza hayan sido similares (o peores) a los del año 1820, con una élite muy reducida, aristócratas y realeza, viviendo sin hambre ni carestías, y todos los demás en escasez. Seguro un mundo menos desequilibrado, donde la distancia en “ingresos” no era tan abismal como ahora, pero donde unas monedas más eran la diferencia entre tener el estómago lleno o vacío.
¿Por qué la izquierda centra su discurso en la inequidad? Pues el argumento de “luchar por los más pobres” encuentra cada vez menos sustento, pues hay menos pobres. La “inequidad” genera envidia y la envidia es pésima consejera.
Es probable que la inequidad se haya elevado durante el período. No hay evidencia contundente. Algunos estudios indican que sí, otros que no. La izquierda, basada en lo que dice Piketty, asegura que sí, que el mundo de ahora es más injusto e inequitativo. Varios académicos señalan la falsedad en los cálculos de Piketty.
Asumiendo la “verdad” de Piketty. ¿En qué mundo preferiríamos vivir? En un mundo más igualitario, con 90% de pobreza o en un mundo más inequitativo con sólo 10% de pobreza.
Puede parecer obvia la respuesta, pero la izquierda ha encontrado en “la desigualdad” el caballito de batalla contra el modelo capitalista. Seguro debemos construir un mundo más equitativo, pero, en el caso peruano, tirar por la borda el avance de tantos años, para implementar modelos como el bolivariano, el nicaragüense o el argentino, creo que hay que tener un problema grave de valoración de la realidad para pretender algo así.
Para concluir. Quienes critican la desigualdad generada por el capitalismo, ignoran u olvidan, la inequidad del actual capitalismo chino, un modelo “capitalista” conducido por el partido comunista, en alianza con “empresarios” afines. Un modelo de explotación laboral, con condiciones muy inferiores a los beneficios laborales de los países occidentales.
En la China de hoy en día, al cierre del 2021, había 1,058 multimillonarios (personas con más de 1,000 millones de dólares de patrimonio). En el denostado Estados Unidos había 724 multimillonarios. El PIB per cápita de China, al cierre del año 2022 fue de US$ 12,720; al cierre del mismo año, el PIB per cápita de Estados Unidos fue de US$ 76,398. Poco más del 50% de los americanos son de clase media, poco más del 35% de los chinos lo son.
¿Qué país es más inequitativo y desigual? ¿Alguno de nuestros líderes de izquierda ha criticado la “inequidad” China? Piketty ha sido coherente y lo ha hecho. Sus seguidores, siguen admirando un modelo que funciona (y creo que bien) pero que es más inequitativo que el que critican.
Lampadia