Por: Mirko Lauer
La República, 29 de enero de 2021
Un par de candidatos a la presidencia ofrece cambios en el directorio del BCR, lo cual llega a incluir la salida de Julio Velarde. Con tantos años a la cabeza del banco central, es casi seguro que a Velarde no le quita el sueño la posibilidad de irse. Quizás pueda desvelarlo la idea de un reemplazante inadecuado, pero no creemos que lo haga una eventual salida este año.
Da la impresión de que pedir la cabeza de Velarde y de algunos directores es una forma de disparar contra “el modelo económico”, cuyo eficaz cancerbero el BCR ha sido, incluso con importantes cambios en la plana mayor, por más de un par de decenios. La presencia de directores de izquierda en el directorio no impidió que eso continuara.
Los argumentos que se escuchan para las defenestraciones no son muy elaborados. En el caso de Velarde se dice que ya ocupa ese sillón demasiado tiempo, como si fuera un demérito. En otros casos da la impresión de que el problema es la simpatía o popularidad de cada director, aunque esas no son obligaciones de los conductores del banco.
Los reales argumentos no se escuchan, y todos tienen que ver con retirarle al MEF las limitaciones de la disciplina monetaria, y en cierto modo también fiscal, que el BCR representa e impone. Desde que en abril de 1984 Richard Webb amenazó a Fernando Belaunde con renunciar si no se respetaba la independencia del banco. FBT la respetó.
Las críticas al BCR son particularmente preocupantes con un Congreso sin muchas luces, empecinado en desmontar partes importantes del engranaje económico. Hoy que derecha e izquierda coinciden en sostener la independencia del BCR, los únicos realmente interesados en manosearla son los populistas radicales, siempre urgidos de cash rabioso.
Sin duda en estos tiempos lo que se llama “el modelo económico” se ha vuelto muy perfectible (incluso algunos lo confunden con la secular ineficiente del Estado en general). Pero sus limitaciones no son tantas como para que convenga desmontarlo sin ofrecer algo convincente a cambio, en la clásica imagen de la piscina vacía.
Julio Velarde ha prestado valiosos servicios a la Nación desde el BCR, y no merece ser zarandeado por una u otra candidatura. Al criticarlo esos políticos se prestan a odiosas comparaciones.