Por: Martín Naranjo
Perú21, 21 de Noviembre del 2022
“El problema del transporte de efectivo es un problema de seguridad desde que existe el dinero”.
Zoila Chamba es madre de dos jóvenes; su sueño es que sus dos hijas vayan a la universidad y sean profesionales, y para eso no escatima ningún esfuerzo ni sacrificio. Zoila es vendedora ambulante, vive con sus hijas en Jicamarca, allí adonde solo se llega caminando, y vende sus productos en las cercanías de Gamarra. Para ir a Gamarra camina muy temprano, antes de que salga el sol, hasta el paradero de la combi que la lleva a la estación del metro que, a su vez, la transporta a Gamarra, desde donde camina y camina en busca de vender su mercadería. De regreso usa la misma ruta, pero de noche. Zoila prefiere que le paguen usando billeteras digitales para no tener que preocuparse de tener cambio para los vueltos o de tener que transportar efectivo en la noche. Por la misma razón, antes de emprender el regreso, deposita en su banco el efectivo que ha recibido. Es que Zoila, después de varios asaltos, sabe muy bien lo inseguro que es desplazarse cada noche con los billetes y monedas producidos con tanto esfuerzo y ya no quiere transportar más de lo estrictamente necesario de efectivo.
El problema del transporte de efectivo es un problema de seguridad desde que existe el dinero. Las soluciones siempre han sido provistas por elaborados y costosos sistemas de seguridad para los desplazamientos con efectivo. Desde los feiqian o dinero volador —una suerte de letras de cambio usadas en el siglo VII en la China de la dinastía Tang—, pasando por variantes del mismo tipo de innovación desarrolladas por la orden de los caballeros templarios en el siglo XII —innovación que en este caso implicaba todo un circuito de fortalezas que iba desde las islas británicas hasta Cercano Oriente y que fue montado para cumplir con su misión de proteger los peregrinajes a Tierra Santa—, pasando también por los sistemas de cheques y los sistemas manuales de compensaciones y liquidaciones interbancarias, hasta los actuales sistemas electrónicos de pagos, compensaciones y liquidaciones.
Estas tecnologías de seguridad siempre incluyen elementos de autenticación, de registro, de compensaciones y liquidación, y, por supuesto, la plataforma transaccional. La autenticación lo que hace es asegurar que Zoila Chamba es Zoila Chamba, y no un impostor. El registro lo que hace es asegurar que el pago, el depósito o el retiro quede asentado debidamente. Las compensaciones y liquidaciones se producen cuando las transferencias se hacen entre distintos bancos. La plataforma de transacciones para el usuario puede ser completamente digital, como cuando Zoila transfiere dinero a sus hijas usando alguna billetera digital. También puede ser híbrida, física y digital, como cuando Zoila hace un depósito en una agencia. Y también puede ser completamente física, como cuando Zoila transportaba con ella el efectivo y lo mantenía en su casa.
Preguntémosle a Zoila qué es lo que prefiere.