Entrevista a Martín Naranjo Landerer, presidente de la Asociación de Bancos (Asbanc)
Gestión, 15 de diciembre de 2020
El proyecto de ley para regular las tasas de interés de los créditos está próximo a ser debatido por el pleno del Congreso. Asbanc estima que 1.8 millones de personas enfrentarían restricciones para acceder a créditos si se ponen topes a tasas de interés. Martín Naranjo expone sus argumentos.
¿Cómo afectará, de aprobarse, la ley que fija topes a las tasas de los créditos?
Dependerá de cómo se establezca el límite. Es posible un límite amplio que no afecte a nadie, pero es poco probable. Al final se va a comprimir el crédito formal y se ampliará el informal. El problema del mercado informal (de préstamos) es que no es trasparente, es un mercado negro, los recursos que maneja son ilícitos y tiene métodos de cobranza ilegales.
¿Cuántas personas podrían pasar al mercado informal a raíz de esa norma?
Mientras más restrictivo sea el límite, mayor será el incremento de ese mercado informal. El problema es que en este las tasas de interés mensuales son de 20% y de 792% anual, sustancialmente mayores a las del mercado formal. Además, el mercado informal no permite a las personas, generalmente las más vulnerables, construir un historial de crédito. Es un mercado ilegal, con recursos muchas veces vinculados al lavado de activos.
¿A qué tipo de deudores afectaría más esta medida?
“Efecto murciélago”
¿Y cuál sería el impacto en los bancos?
Más afectaría a los especializados. En realidad se afecta todo el sistema de precios. Lo hemos visto en Chile y Colombia. Hay un efecto interesante que es el efecto murciélago. Cuando se establecen controles las tasas ya no reflejan la distribución del riesgo que se estima en la evaluación del crédito, sino que se pegan al límite (fijado por ley), o sea al techo, y por eso se llama efecto murciélago. Como las tasas se pegan al techo (tope establecido por el Congreso), lo que sucederá es que el promedio y el máximo serán casi el mismo. En cambio, cuando las tasas reflejan la distribución del riesgo (como es actualmente), el promedio y el máximo se alejan.
¿Subirían las tasas para todos los clientes?
En general, las tasas de interés de los créditos tenderían a subir al techo (tope fijado).
¿O sea que las tasas tenderían a acercarse al nivel máximo que se fijaría en la ley?
Claro. Y si es un buen cliente va a pagar más, porque no le podrán cobrar más a los clientes más riesgosos.
¿Se afectarían entonces los actuales buenos clientes, que son buenos pagadores?
Exactamente, es el efecto que hemos visto en Colombia y Chile. Se puede dar en mayor o menor medida porque el efecto murciélago es muy pernicioso, pues desasocia el riesgo del cliente del costo del crédito, y se termina generando una situación que no es conveniente, especialmente en los créditos individuales, personales e incluso tarjetas de crédito.
Legisladores
¿Perjudica, entonces, a los usuarios de todo el sistema financiero?
En efecto. Si es un buen cliente se le subirá la tasa de interés, y el que no tiene un riesgo (crediticio) aceptable se quedará sin crédito.
¿Hay alguna coordinación de Asbanc con MEF, BCR y SBS para evitar que se aprueba esa ley?
La opinión del MEF es consistente con la del BCR, SBS y economistas independientes. No es un problema que hay que explicar a las autoridades, sino de cómo un concepto sistémico pueda ser traducido e interpretado a los legisladores.
¿Pero ya esas autoridades dieron su opinión?
La Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso ha recogido las opiniones de la SBS, BCR y Asbanc, entre otros, pero después las ignoran. Es absolutamente irresponsable. Dentro del análisis costo-beneficio solo se quedan con la parte del beneficio supuesto. Esto requiere un amplio debate y que lo vea la Comisión de Economía del Congreso. Ahí se puede ampliar el debate y dilucidar si conviene o no esta medida.
Libre competencia
¿Sería inconstitucional la norma? ¿El Gobierno debería observarla si el Congreso la aprueba?
Sí, porque invade las competencias del BCR y la SBS, que tienen autonomía constitucional; afecta la libre competencia e impide la formación de precios en libertad. Además, puede tener consecuencias fiscales, pues al impedir la capitalización de los intereses moratorios ocasionaría un impacto tributario. Asimismo, podría afectar retroactivamente los contratos entre privados. Por ello, una norma así tiene visos de inconstitucionalidad y debería verla el Tribunal Constitucional.
¿Puede tener efecto sobre los contratos de crédito actuales?
La norma podría considerarlo. Se afectarían entonces las operaciones vigentes.
A raíz de esta propuesta del Congreso, el ministro de Economía sostuvo que los bancos pueden ceder algo y si no “podrían perder soga y cabra”. ¿En qué pueden ceder los bancos?
Todos tenemos que poner de nuestra parte. Pero esto es una ley que está siendo debatida en el Congreso, no es una negociación. No es exacto el concepto de que hay algo que ceder. En la medida en que no es una negociación no queda claro en qué se puede ceder. Pero la industria (sistema financiero) puede poner de su parte (ver nota vinculada).
ASBANC
“Mayor competencia es bienvenida y necesaria”
“Todos tenemos que poner de nuestra parte”, enfatiza Martín Naranjo al abordar el problema que plantea el Congreso con su iniciativa para fijar topes a las tasas de interés de los créditos.
En esa dirección, refiere que los bancos pueden procurar una mayor eficiencia, la introducción de tecnologías que redunden en mayores beneficios y menores costos para los usuarios. La digitalización y reducción de costos transaccionales permitirían el mismo objetivo, añade.
Pero sostiene que los bancos ya han venido bajando comisiones y tasas en un mercado muy competitivo. “Aunque una mayor competencia es bienvenida y necesaria”, acota.
Un mayor desarrollo de productos, mercados y fiscalización permitirían un mejor entorno para los usuarios, proceso por el que ha transitado el sistema bancario en las últimas décadas, según Naranjo.
Así, evoca que hace 25 años casi no existían los créditos hipotecarios con plazos de 15 a 20 años, mientras que hoy se pueden extender a los clientes por periodos de hasta 30 años.