Mariela García de Fabbri
Directora gerente general de Ferreycorp
Gestión, 10 de junio del 2024
Nuestros aportes deben incluir la promoción de más oportunidades de empleo formal y digno”.
Los empresarios tenemos esa obligación de ofrecer nuestras capacidades, sin olvidar de exigirle al Estado que cumpla su rol.
En las últimas semanas hemos sido testigos de una serie de eventos que evidencian que no tenemos un rumbo claramente definido como país. La aprobación de los retiros de los fon dos de AFP y CTS refleja que no hay una agenda para mejorar el empleo, la productividad y los ingresos de los trabajadores, y por ello se toman medidas populistas y cortoplacistas. Las cifras de incremento de pobreza son resultado, entre otros factores, de la falta de una estrategia firme de crecimiento, que promueva la inversión y elimine rigideces en el mercado laboral. Y el intento de eliminar Servir –al margen de las mejoras que pudiera hacerse– transmite que no hay convicción de que quienes tienen mayores calificaciones y experiencia deben atender las necesidades ciudadanas desde el Estado.
Ante ello, los ciudadanos tenemos que mantenernos vigilantes y vocales, exigiendo que se tomen las medidas que los millones de peruanos requieren para mejorar sus condiciones de vida. No podemos cansarnos. Pero, a la vez, los empresarios tenemos la oportunidad de dar una luz de esperanza a los jóvenes y niños, trabajando para seguir ofreciendo nuestras capacidades, para el progreso del Perú.
Esa luz de esperanza debe comenzar con un actuar indubitable contra la corrupción: que no solo se viva en nuestras organizaciones, sino que se irradie a toda la cadena de valor. Tenemos el caso exitoso de la Certificación Antisoborno de Empresarios por la Integridad, que hacia fines de año deben ostentar casi una centena de empresas, muchas de ellas MYPE.
Nuestros aportes deben incluir la promoción de más oportunidades de empleo formal y digno, frente a las difíciles condiciones del mercado laboral, ayudando también a nuestros proveedores a elevar sus estándares y productividad, para generar un círculo virtuoso de formalización y empleo con mejores condiciones. Destaca el Compromiso MYPE lanzado por Eshoy, con Principios de Relacionamiento Responsable con las MYPE, que implican conocer sus necesidades, reducir tiempos de pago, simplificar procesos para su contratación y ayudarlos a fortalecer su competitividad y capacidades.
El esfuerzo por mejorar la productividad necesita ir de la mano con iniciativas de educación y desarrollo de talento, que ya son parte de la gestión empresarial basada en prácticas ASG. Resaltan además los aportes de asociaciones empresariales como Empresarios por la Educación y, más recientemente, el trabajo de Perú Sostenible en la Mesa Ejecutiva de Talento en Tecnología, espacio de articulación público-privado para impulsar el mercado de talentos en este campo, con la participación de entidades educativas, empresas que demandan talento digital, autoridades y otras organizaciones empresariales y think tanks.
A su vez, el incremento de la productividad debe incluir la creación de infraestructura. El plan nacional no se está ejecutando como es requerido, pero los empresarios tenemos la oportunidad de mejorar la infraestructura del país a través de Obras por Impuestos, construyendo colegios, centros de salud, proyectos de agua y saneamiento, vías de comunicación, entre otros. Sumado a ello, debemos mantener un diálogo con el sector público para facilitarle nuestras capacidades.
El Premio Nobel de Economía 2018, Paul Romer, en el Simposio de Minería organizado por la SNMPE, nos recordó su tesis de que, en la economía de las ideas, el descubrimiento y generación de soluciones es inacabable y nos lleva a la economía del progreso, nos saca de la mentalidad “nosotros contra ellos” y nos abre la puerta de la cooperación.
Los empresarios tenemos esa obligación de ofrecer nuestras capacidades, sin olvidar de exigirle al Estado que cumpla su rol y defienda el imperio de la ley.