Por: Madeleine Osterling
Expreso, 9 de febrero del 2022
Castillo está absolutamente blindado por sus amigos chotanos que no lo pierden de vista un solo minuto. Tan incompetentes como él, pero más criollitos, son de aquellos que creen que se puede manejar al país con decisiones improvisadas y amiguismo y que le han hecho creer que es una suerte de rey medieval, que sus caprichos son órdenes y que sus errores y maltratos no tienen consecuencias. Castillo no va a renunciar, no pidan imposibles. Se va a aferrar al poder con uñas y dientes. Le tiene terror a bajar al llano. Su entorno cercano, que disfruta con creces de todas las gollerías del cargo, no lo va a dejar dimitir. Está viviendo una realidad edulcorada. No tiene conciencia que cada uno de sus actos contribuye a cavar la fosa donde se está enterrando al Perú. Tampoco habría hecho la caja suficiente para defenderse o tener un buen pasar post presidencia porque no me queda duda alguna que la va a tener muy complicada, por demérito propio.
Ni siquiera la presión mediática –a la que se han unido las geishas “progresistas” y sus otrora aliados– está funcionando. Se necesitaría una suerte de Primavera Árabe, manifestaciones de todas las sangres políticas, en simultáneo y a nivel nacional, para que entendiera que la sociedad lo rechaza masivamente. Voces aisladas de repudio en las plazas públicas, restaurantes o inauguraciones pierden fuerza rápidamente. No tiene sentido seguir malgastando el tiempo. Hay que usar las herramientas democráticas y de ellas, la vacancia es la mejor y quizás el único camino. Su incapacidad moral permanente no está en tela de juicio, hay evidencia de sobra para acreditarla. Lo que falta es patriotismo y algo más…, jugársela por el país con firmeza y decisión.
Vásquez, Guillén, Francke y Jaico vieron pasar por sus ojos todos los escándalos de corrupción: Pacheco, Sarratea, Petroperú, Karelim López, y no se les movió un músculo. Siempre sumisos, blanqueando a Castillo de todos sus engaños y cuestionamientos. Empero, bastó que el grupete de Chota les bajara el dedo, para que se sacaran la careta y salieran a despotricar del Gobierno. El bolsillo es el “músculo” que más duele y a pesar de que se esfuercen en marcar distancia, están unidos por los dos rasgos más característicos del socialismo del siglo XXI: culpar a los demás por los fracasos propios y considerar como enemigo al que piense de manera distinta. No renunciaron ni por principios ni por dignidad; se fueron porque no tenían otra alternativa.
Sin embargo, más oprobioso aún es que Francke salga a decir que ha hecho una gestión espectacular cuando las cifras claramente lo desmienten. Hablar de un crecimiento del 13% sin explicar que se trata de un rebote es engañoso, un espejismo. Afortunadamente, hay economistas honestos como Jorge Baca Campodónico (Expreso 06/02/2022) que lo refutan con contundencia. El aumento del PBI se ha dado básicamente en los meses de abril, mayo y junio de 2021, el semestre que estuvo a cargo de Francke, es deplorable. El crecimiento del empleo formal es diminuto frente al 1.3M perdidos en el 2020 pero olvidaba que para el MEF, el cachuelo eventual de sobrevivencia es un empleo. Evidentemente el papel aguanta todo.
A este gobierno no se le puede exigir NADA salvo que se vayan, Dina Boluarte incluida. Hay que salvar al país, cada minuto cuenta.