Madeleine Osterling,
Expreso, 16 de agosto de 2017
¿Alguien recuerda que tenemos un VM de Gobernanza Territorial? Aquella dependencia, creada en marzo pasado, cuyo objetivo es buscar soluciones a los conflictos sociales. Aunque pase desapercibido, asumimos que está trabajando, no obstante, en confuso silencio.
El encargo es abrumador pero luego de más de cinco meses podrían haber dado señales de vida. Dicen que el marketing “no es la batalla de los productos sino la batalla de las percepciones”. Hay que recordarles que el liderazgo exitoso va de la mano de la comunicación. No pueden seguir escondiéndose mientras que sus tareas crecen exponencialmente.
Algunas reflexiones:
- Desafortunadamente, nos hemos acostumbrado a convivir con los conflictos sociales, actualmente existen 177 según Defensoría del Pueblo. Somos incapaces de dimensionar el verdadero riesgo del descontento y la permanente ausencia del Estado, sino hasta que nos toca personalmente. Imposible que nuestro país salga de este oneroso letargo, mientras parte de nuestra sociedad esté condenada a la mera sobrevivencia, en condiciones escalofriantes.
- No hay voz que se atreva a rescatar las Mesas de Diálogo. El sinnúmero de promesas incumplidas, tanto del Estado como del inversionista privado, solo han propiciado el crecimiento de una bomba de tiempo social y han absolutamente depreciado a este mecanismo como una vía de solución de conflictos. Fundamental rediseñar todos los procesos para buscar un mejor entendimiento e intentar erradicar la conflictividad. La absoluta paz social es utópica (al igual que nuestro próximo ingreso a la OCDE) pero no por ello debemos cejar en el intento.
- A inicios de año, se anunció la creación del Fondo de Adelanto Social con bombos y platillos. Hoy me pregunto: ¿cuál es el estatus de su implementación? ¿Cuál será la autoridad que lo maneje? ¿Cómo pueden ayudar los titulares mineros para su mejor ejecución? ¡Ni una sola respuesta!
- Es crucial que se implemente de una vez, la carestía y el descontento no esperan. Cajamarca y Apurímac –que concentran el 44 % de la inversión minera para los próximos años– se encuentran dentro del tercio más precario. La primera ostenta el índice de pobreza extrema más alto en el país (22 % de la población) pero la situación es más crítica en las provincias donde se ubican los principales proyectos. En Cotabambas –que además de la mina Las Bambas alberga inversiones adicionales por US$ 4.800 millones– bordea el 70 %. ¡Es dramático!
“Todo hombre necesita de los dioses” (Néstor, La Odisea) y todo país de funcionarios públicos comprometidos y orientados a resultados. ¿Dónde están?