Por: Alvaro Monge Zegarra, Socio de Macroconsult
Gestión, 10 de marzo de 2021
En el 2020 la economía peruana cayó alrededor del 11%, lo que generó una contracción del empleo en Lima Metropolitana en 13% entre fines del 2019 y fines del 2020. Aún no se cuenta con cifras comparables a nivel nacional, pero los datos adelantados de Lima parecieran ir confirmando que los efectos de la crisis han estado concentrados, mayoritariamente, entre los trabajadores urbanos de menor calificación. No obstante, esta mirada global estaría escondiendo ciertas inequidades, sobre todo, aquellas asociadas a la condición de género.
Al respecto, Simeon Djankov publicó en noviembre del año pasado un artículo en el blog del Business Review de la London School of Economics, en el que surgiría que la crisis económica derivada de la pandemia no solo ha afectado más que proporcionalmente a las mujeres, sino que lo ha hecho aún más que cualquier otra recesión en la historia reciente. Usando información de los Estado Unidos, el autor muestra que la caída del empleo femenino (por encima del empleo masculino) registrada en el 2020 es superior a lo registrado en las recesiones norteamericanas de los últimos sesenta años.
Las razones dadas por el autor están en la naturaleza de la crisis que, por un lado, afecta a segmentos de menor productividad en el sector servicios que típicamente se vincula al empleo femenino. Sin embargo, por otro lado, también se asocia con razones extralaborales como son la interrupción del servicio educativo presencial o guarderías que han determinado la necesidad de reasignarlas labores de cuidado al interior del hogar con mayores efectos sobre las madres de familia y cuidadoras.
Es importante prestarle atención a esta última explicación en la medida en que estaría justificando los efectos desproporcionados de la crisis sobre las mujeres, no solo por la mayor fragilidad del empleo femenino en segmentos de baja productividad, sino también por inequidades en la asignación de responsabilidades de cuidado en la familia que agravan la situación de los segmentos más vulnerables y trascienden hacia los segmentos medios y medios-altos.
Las estadísticas publicadas por el INEI al cierre del 2020 sobre el mercado laboral en Lima Metropolitana permiten identificar tendencias en línea con el comentario anterior. Por ejemplo, muestran que entre el cuarto trimestre del 2020 y el cuarto trimestre del 2019 el empleo femenino cayó en 17% frente al 10% del empleo femenino cayó en 17% frente al 10% del empleo masculino. Además, haciendo estimaciones gruesas, la mujer que perdió el empleo habría mostrado una probabilidad promedio de casi 1.5 veces mayor de caer en la inactividad (y posiblemente dedicarse a labores de cuidado del hogar) que el hombre en la misma condición (que más bien era más probable que continúe buscando trabajo).
Estas tendencias no solo abren un espacio de política pública diferenciada de cara a la recuperación del empleo en la pospandemia, sino que alertan de potenciales riesgos sobre los aún tímidos avances en inclusión laboral femenina.