Por: Álvaro Monge Zegarra, Socio de Macroconsult
Gestión, 16 de marzo del 2022
“Es posible afirmar que las condiciones para una recuperación sostenida de los aprendizajes no están garantizadas”.
Desde fines del mes pasado se inició el retorno de los estudiantes a las aulas. Esta es una buena noticia, en la medida que, desmontar el sistema virtual es una condición necesaria (aunque no suficiente) para recuperar los aprendizajes perdidos producto de la pandemia. Al respecto el reporte conjunto elaborado por Unicef, Unesco y el Banco Mundial a fines del año pasado ha sido enfático. Dichas instituciones argumentan que la reapertura de los colegios debe ser considerada de máxima prioridad, sobre todo en países en desarrollo donde los efectos negativos del cierre de las escuelas en los aprendizajes han sido los mayores.
Dentro de la evidencia mostrada por este estudio es de especial relevancia para nosotros el caso mexicano que muestra que la proporción de niños con comprensión de lectura inadecuada se habría incrementado entre 15 y 25 puntos porcentuales respecto de los niveles prepandemia, producto del cierre de escuelas. Estos hallazgos van en línea con las simulaciones que realizó el Banco Mundial en agosto del 2020 para el caso chileno cuando advirtió que mantener las escuelas cerradas por más de un año podría generar que la proporción de alumnos que no lograría un nivel de suficiencia en una prueba como la PISA podría pasar de 31% a 45%.
La mala noticia es que el proceso de reapertura peruano no ha estado exento de dificultades. Se puede calificar el retorno a clases en estas primeras semanas (y previsiblemente en el futuro cercano) como lento y desigual, donde coexisten diferentes modelos en simultáneo, caracterizados por mayores o menores grados de presencialidad producto de las inequidades inherentes del propio sistema educativo. Esta característica en el corto plazo condicionaría la capacidad de recuperación de aprendizajes.
Asimismo, existen al menos dos condiciones estructurales que tomar en cuenta y pueden ser también importantes para el proceso de recuperación de largo plazo. Primero, la línea de base o dicho de otro modo los niveles de aprendizajes previos a la pandemia que, en el caso peruano, ya eran bajos. Los resultados del año 2019 revelaron que los estudiantes de segundo de primaria con desempeño satisfactorio alcanzaron el 17% (matemáticas) y 38% (comprensión lectora). Extrapolando los impactos medidos en México o Chile nos llevarían a pensar que los resultados pospandemia en el caso peruano podrían estar al menos a la mitad de los reportados en 2019, es decir, cerca de 10 años de retroceso. Segundo, las condiciones de oferta (el servicio educativo) y demanda (el nivel socioeconómico de las familias) no necesariamente ha mejorado respecto de 2019. Es más, producto de la pandemia, la recesión y deterioro en el manejo de la política pública es posible afirmar que las condiciones para una recuperación sostenida de los aprendizajes no están garantizadas.