Después de dos años al frente de la gestión de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), Luis Marchese comenta sus experiencias y retos.
Revista de la SNMPE
Desde Adentro, Edición 185, enero 2019
La próxima administración gremial debe seguir impulsando temas como la descentralización, la optimización del canon para destinarlo a planes de desarrollo en beneficio de la población, la promoción de los tres sectores, entre otros, recomienda Marchese.
¿Cuál ha sido su mayor reto en estos dos años de gestión al frente de la SNMPE?
El reto ha sido la promoción de los tres sectores en un entorno cambiante. Este clima de crisis política ha sido retador y complicado para impulsar las reformas que el país y, en particular, el sector minero energético necesitaba. Aun así, se ha avanzado. En el caso minero, se anunció el inicio de dos proyectos grandes, Quellaveco y Mina Justa, así como la ampliación de Toromocho. El Perú sigue mostrando su fortaleza para el desarrollo de la minería.
¿Qué tipo de desafíos presentó el sector hidrocarburos?
En hidrocarburos no nos ha ido tan bien por el difícil entorno local. El problema del Oleoducto Norperuano ha detenido el desarrollo petrolero en el oriente. Asimismo, hubo retrocesos en la costa con la derogación de contratos que ya se habían firmado con una empresa. Se trató de avanzar, pero surgieron dificultades para aprobar la nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos. El Perú solo produce 50 000 barriles de petróleo, mientras que consumimos alrededor de 250 000. Eso se ha mantenido en estos dos últimos años, a pesar de los esfuerzos de diversos actores por revertir esta situación. El reto queda pendiente y estoy seguro de que la siguiente gestión seguirá trabajando este tema.
¿Y cuál es la situación en el sector eléctrico?
En el sector eléctrico tenemos una sobreoferta. Los peruanos gozamos de un servicio eléctrico robusto y confiable, particularmente en la ciudad de Lima, con la distribución privada. No es el caso del interior del país. Ahí el Estado continúa como distribuidor de energía con bajos parámetros de calidad en el servicio. Esta sobreoferta significa un beneficio para los clientes, pero no ocurre lo mismo para los generadores. Este exceso de energía ha traído una serie de distorsiones al mercado, y ha causado dificultades en la gestión de las empresas. Ese es un reto. El Gobierno no ha reaccionado para sacar las normas requeridas para solucionar esta sobreoferta. Este reto se tiene que superar en el corto plazo. De lo contrario, podremos tener un escenario complicado en 4 o 5 años.
¿Cómo se ha desarrollado la gestión de la SNMPE?
La SNMPE es una organización que tiene 123 años de fundación y su evolución ha sido constante. En los últimos dos años, se han registrado una serie de cambios, alineados con los requerimientos de los asociados. Se ha enfatizado la gestión sectorial sobre la transversal, lo que genera cierta flexibilidad y mayor efectividad en la acción. Aún hay trabajo por delante, pero creemos que los asociados están más satisfechos con esta evolución. La SNMPE es un gremio que se ha mantenido vigente, activo y sólido durante toda su historia.
“La SNMPE es una organización que tiene 123 años de fundación y su evolución ha sido constante. En los últimos dos años se han registrado una serie de cambios, alineados con los requerimientos de los asociados”.
¿Se ha trabajado en el tema de la descentralización?
En los últimos 10 años, las empresas se han ido adaptando y evolucionando hacia el tema social en el interior del país, y el gremio ha acompañado estos esfuerzos. Uno de los retos es profundizar nuestro acceso en las regiones. Aún no lo hemos hecho de la manera que se quisiera. Por tanto, hay trabajo por hacer. Otro tema es la generación de contenidos. Si bien hemos estado generando contenidos y propuestas de política pública, aún nos falta trabajar un poco más. Está también lo de involucrar a nuestros asociados de servicios y proveedores en el proceso de descentralización, en la formación de clústeres. Como sabemos, por cada empleo que genera la minería en particular se generan otros seis puestos indirectos e inferidos. Se puede optimizar esta relación con la población.
¿Se está apostando en forma decidida por las regiones?
Por supuesto. A veces perdemos de vista que nuestras actividades y que la riqueza de nuestro país está en las regiones. Entonces, el trabajo tiene que ser cada vez más activo en estos lugares. Por ejemplo, ahora las empresas mineras o de hidrocarburos están contribuyendo más en el desarrollo local, y como gremio tratamos de articular todos estos esfuerzos, de agarrar tracción para acercarnos más a los gobiernos locales. Es ahí donde se generan los espacios de coordinación y de conversación que nos permiten ser actores del desarrollo. No se puede hacer todo desde Lima.
¿La creación de encadenamientos productivos ayudaría en este proceso?
El CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) y la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa han suscrito un convenio de cooperación para desarrollar el Clúster Minero del Sur del Perú. Nosotros participamos en esta iniciativa y la promovemos mediante nuestros asociados en el sur del país, tanto productores como proveedores de la SNMPE. Si queremos darle todo el valor que debe tener, hay que reunirnos, analizar, identificar las ventajas competitivas y pedir al Estado y a la empresa privada la generación de las sinergias necesarias para sacar adelante este clúster. Ojalá se generen iniciativas similares en el centro y en el norte del país. En la medida en que este lazo entre nuestra actividad, nuestros proveedores y las regiones se profundice, se ordene y se consolide, será mejor para todos.
En ese marco, ¿se necesita optimizar el uso del canon?
Respecto del canon se debe pensar en una transformación real para una mejor utilización de los recursos. El país le ha entregado a los gobiernos regionales y locales más de 64 000 millones de soles, en los últimos 10 años, producto del canon minero, gasífero, canon y sobrecanon petrolero y regalías mineras. Algunos han hecho un buen uso de los recursos, pero muchos han estado lejos de acompañar los planes de desarrollo de sus regiones y localidades. No estamos hablando de un transvase, sino de aprovechar mejor los recursos, de utilizarlos en beneficio de la población y de transparentar su uso. Se ha firmado el EITI (Iniciativa para la Transparencia en las Industrias Extractivas) en cinco regiones, pero el canon llega a dieciocho. Hay que hacer esfuerzos para impulsar la transparencia en el uso de los recursos que pertenecen a todos los peruanos.
¿Las empresas han avanzado en estándares de desempeño social?
Una encuesta de la Universidad del Pacífico, realizada en el 2017, señala que el 85% de las empresas mineras han desarrollado políticas y estándares internos de desempeño social. Nuestras asociadas están trabajando en generar empleo local, en participar en sus planes de desarrollo, entre otros. También el sector minero energético trabaja en la inclusión de las mujeres en nuestras actividades. Es lo correcto, y además es absurdo dejar a la mitad del pull de talentos fuera de nuestro negocio. Asimismo, nuestras asociadas tienen un rol explícito de respeto y de promoción de los derechos humanos. Todo esto tiene correlación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por las Naciones Unidas.
¿Cómo se imagina al sector en los próximos 10 a 15 años?
Trabajamos para que el país nos perciba como socios del desarrollo. Ese es el reto. Espero que, dentro de los próximos 10 años, la percepción histórica que se tiene sobre las industrias extractivas cambie sustancialmente y nos vean como un actor propositivo para el desarrollo del país. Nuestras industrias ya lo han incorporado, pero aún falta que nos reciban y nos perciban como socios. En esto se enmarca la campaña “Minería de todos”, cuyos resultados son bastante buenos. Y lo más llamativo no es la información como tal, sino el gran esfuerzo por informar. El siguiente paso es que, una vez abierta la puerta y nos reciban, nos acerquemos y podamos ser socios. Ojalá que en los próximos 10 años se logre esta meta. Es un camino largo, pero creo que con las acciones de nuestros asociados y, en general, del país, lo podemos lograr.
¿Qué ha significado para usted presidir la SNMPE?
Ha sido un honor trabajar estos dos años en la SNMPE. Es una institución que tiene un enorme prestigio aquí y fuera del país. Me gusta mucho el equipo, la velocidad y la interacción con que se trabaja. Creo que los asociados le están dando más valor, están más activos y participando más. Aún nos falta bastante. Ahora le dejaremos la posta a un nuevo grupo, que vendrá a hacer las cosas con ganas. Por mi parte, seguiré colaborando con el gremio.