Por: Luis Carranza
Exministro de Economía.
Perú21, 28 de julio del 2023
En el último quinquenio la economía peruana perdió su dinamismo. Sin embargo, sus fortalezas fiscales y financieras siguen siendo las más sólidas de la región. La respuesta a este estancamiento está en otra parte, y este texto marca la ruta para retomar el norte.
En la década de 2000, el Perú fue una de las economías más dinámicas del mundo, liderando el crecimiento en América Latina. Así, si nos comparamos con Chile y Colombia, nuestros socios de la Alianza del Pacífico, en el periodo 2006-2010 nuestro crecimiento acumulado fue de 40%, casi el doble que el de Chile (21.1%) y muy por encima del de Colombia (24.3%). Sin embargo, en el último quinquenio, de 2018-2022, la situación cambió radicalmente y mientras Perú solo acumula un crecimiento de 6%, Colombia y Chile registraron crecimientos acumulados de 14.2% y 8.2%, respectivamente.
¿Qué nos pasó? ¿Se destruyeron nuestras fortalezas? No. Seguimos siendo, con gran diferencia, el país con mayores fortalezas fiscales y financieras en la región.
Así, la deuda pública terminó en 2022 en 33.8% del PBI, superando a Chile que está cerca del 40% y Colombia que llegó a 63.8% y tiene problemas para estabilizar su deuda; mientras otros países de la región tienen severos problemas de endeudamiento como Argentina, Bolivia o Brasil, con niveles superiores al 80%.
Asimismo, la solidez financiera del país se ve reflejada en el porcentaje relativo de reservas internacionales respecto al PBI, que llega a un 30%, mientras que en otros países están en niveles muy inferiores. Siendo el caso más dramático el de Bolivia que se está quedando sin reservas y se enfrenta a una severa crisis cambiaria y fiscal en los próximos meses.
Si vemos la evolución del dólar frente a las monedas locales, desde el 1 de enero de 2001, la moneda peruana está prácticamente estable mientras que en otros países los tipos de cambio se han casi duplicado (Colombia, México, Paraguay) o han crecido mucho más, siendo el caso extremo Argentina que pasó de 1 peso por dólar a más 530 pesos por dólar y sigue subiendo.
“Tenemos que recuperar la ruta del crecimiento. Las condiciones económicas para hacerlo están intactas. Pero tenemos que resolver los problemas políticos y sociales primero”.
De otro lado, para luchar contra la inflación nuestro banco central ha subido la tasa de política monetaria hasta 7.75, mientras otros países como Brasil, Colombia, Chile y México están a dos dígitos, lo cual significa que nuestros mercados son más flexibles y reaccionan mejor en el proceso de formación de precios que los otros mercados.
¿Por qué no prosperamos si hay gran solidez? Porque nuestro Estado ha crecido de manera desorbitada en personal, gastos, procedimientos y regulaciones, confundiendo los medios con los objetivos. Porque hemos sido incapaces de sacar adelante buenos proyectos, que están estancados, como Chavimochic o Majes Siguas, pero, por otro lado, sí hemos sacado proyectos que destruyen riqueza como la Refinería de Talara. Porque generamos una gran crisis de confianza por amenazar con cambiar las reglas de juego que afectarían la propiedad privada, condición básica para que exista inversión. Porque no hemos sido capaces de resolver los conflictos sociales para impulsar de manera sostenible la explotación de nuestros recursos naturales.
Tenemos que recuperar la ruta del crecimiento. Las condiciones económicas para hacerlo están intactas. Pero tenemos que resolver nuestros problemas sociales y políticos para recuperar la brújula. El Perú sí tiene futuro. Solo depende de nosotros.