Por: Luis Carranza
Perú21, 26 de mayo del 2024
“Si hacemos las cosas bien durante 10 años, apostando por la minería y la agroexportación, podemos crecer al 7% promedio anual, lo que nos llevaría a duplicar nuestro producto y lograr una pobreza por debajo del 5%”.
Esta frase se hizo popular en la campaña presidencial de EE.UU. en 1992, cuando Bill Clinton derrota a George Bush, a pesar de la alta aprobación de este último debido a los buenos resultados en la Guerra del Golfo Pérsico y el desplome de los países comunistas, con caída de muro y “Perestroika” de por medio. El objetivo que buscaba Clinton era focalizar la discusión en los temas importantes para el ciudadano norteamericano.
En nuestro caso, esta frase aplica muy bien para responder a la pregunta sobre el aumento de la pobreza. El pasado 9 de mayo, el INEI presentó los datos de pobreza mostrando un importante incremento, llegando al 29%. Esto es, tres de cada diez peruanos estamos en situación de pobreza. ¡Hemos retrocedido 13 años! (ver gráfico 1).
Algunos datos interesantes que muestran la pésima gestión de los últimos gobiernos no son solo el retroceso sino la comparación con América Latina. En 2005, la población en situación de pobreza en América Latina era de 40%, mientras que en Perú era de 55.6%. Para 2011, la pobreza retrocedió a 30.3% en América Latina y 27.8% en el caso de Perú. Por cada punto de América Latina, Perú retrocedía casi tres puntos. Fuimos muy exitosos en términos de reducción de pobreza. ¿Por qué? Fundamentalmente, porque la economía creció casi el doble que el promedio de América Latina.
Para 2022, la pobreza en América Latina ya estaba por debajo del nivel prepandemia y en 2023 se estima que siga bajando. Nuestro caso es todo lo contrario, llegando en 2023 a 29%, frente al nivel de pobreza en 2019 de 20.2%. Estaríamos de nuevo por encima del promedio de América Latina.
Algunos datos interesantes. El departamento más pobre del Perú es Cajamarca, con un nivel de pobreza de 44.5%, siendo una región riquísima y con gran potencial de crecimiento junto con Apurímac. Por otro lado, Ica es la región con menor pobreza, llegando al 6.9% en 2023. Pero recordemos que, en 2019, la pobreza en Ica era de solo 2.6%; casi se había extinguido. Y, entonces, dado que no entendemos cómo funciona la economía, decidimos cargarnos la Ley de Promoción Agraria, que tanto empleo e inversión venían generando en el país. ¿Será que los políticos y congresistas que dicen preocuparse por la pobreza lo que realmente quieren es que existan más pobres? O son cínicos o son estúpidos.
Volvamos a Apurímac. En 2000 era una de las regiones con mayor pobreza en el país, llegando casi a 80%. En 2023 está en el puesto 10, con una pobreza de 25.8%, bastante mejor que La Libertad o Piura. ¿Qué pasó? Las Bambas. La explotación minera localizada en el distrito de Challhuahuacho ha tenido un efecto muy positivo en toda la región, no solo en el distrito. En términos de Índice de Desarrollo Humano (IDH), Challhuahuacho pasó de tener un índice bajísimo de 0.2136 en 2012 a un índice de 0.5612 en 2017, un aumento de 2.6 veces en solo cinco años, pero, además, los distritos vecinos también se beneficiaron, aumentando significativamente su IDH en promedio.
Cuando se hace un análisis estadístico entre los IDH y el PBI per cápita a nivel mundial, se encuentra una altísima correlación. La causalidad va de mayor crecimiento a mejora en la calidad de vida y menor pobreza.
Haciendo un análisis estadístico podemos encontrar que, por cada punto de crecimiento del PBI, la pobreza se reduce en 0.4%. Ese sería el impacto promedio para nuestro país. Sin embargo, cuando hacemos ese mismo análisis para todas las regiones, encontramos regiones con altos niveles de impacto, como Ica o Apurímac, con 0.8 y 0.7, respectivamente. Mientras, regiones sin inversión como Loreto o Madre de Dios están en la cola (ver gráfico 2). En general, las regiones más exitosas para reducir la pobreza, tanto en términos absolutos como relativos, son regiones donde la agroexportación y la minería han movilizado importantes flujos de inversión, lo que ha generado empleo y actividad económica.
Si hacemos las cosas bien durante 10 años, apostando por la minería y la agroexportación, podemos crecer al 7% promedio anual, lo que nos llevaría a duplicar nuestro producto y lograr una pobreza por debajo del 5%.
Lo hemos hecho antes; lo podemos hacer de nuevo. Solo tenemos que hacerles caso a las leyes de la economía y dejar de ser estúpidos.