Luis Carranza
Perú21, 30 de marzo del 2025
«Más allá de afectar a su país, el actual gobierno de Trump ha alborotado a todo el mundo. En la medida en que sigan estas políticas inconsistentes, se afectará el crecimiento mundial”.
Trump empezó su gobierno con un gran optimismo de los agentes económicos. Las rebajas impositivas, las mejoras regulatorias y la promoción de la inversión privada, especialmente en petróleo y gas a través de simplificar requisitos medioambientales, eran los pilares de estas expectativas positivas.
Las políticas migratorias y proteccionistas de aumento de aranceles se consideraban que serían atenuadas y servirían para renegociar mejores condiciones comerciales y de inversión para Estados Unidos (EE.UU.), afectando en corto plazo marginalmente al crecimiento de este año. Se veía con preocupación en el largo plazo el incremento de deuda y si el mayor déficit fiscal podría atenuarse con los ahorros en gastos, producto de la simplificación administrativa y la desregulación.
El Fondo Monetario Internacional, a diciembre del año pasado, había mejorado las perspectivas de crecimiento para EE.UU. para 2025 de 2.2% a 2.7%, un nivel muy similar al de 2024; y los mercados financieros reflejaban esas buenas proyecciones en mejora de utilidades de las empresas. A dos meses de iniciar su gobierno, las expectativas han cambiado radicalmente con fuertes temores de una recesión. Si bien es cierto que no debería tener una recesión y su crecimiento estaría en torno a 1.5% y 1.8% (más de un punto de caída frente al pronóstico del FMI); la Bolsa de Valores ha recogido estas expectativas muy negativas, cerrando el índice de S&P este último viernes en 5,581 puntos, habiendo estado a mediados de febrero en un máximo de 6,144 puntos. La otra cara de la moneda es la cotización del oro, activo refugio por excelencia, que cerró este viernes en un máximo 3,084 dólares por onza, habiendo estado por debajo de 2,000 dólares hace un año.
¿Qué ha ocurrido con las expectativas? ¿Por qué este cambio tan dramático si Trump no está haciendo nada distinto a lo que había anunciado? Existen tres errores esenciales que esta administración está cometiendo y que explican este cambio de expectativas.
En primer lugar, la falta de predictibilidad. Los anuncios de implementación de aumentos arancelarios, retrocesos, cancelaciones, postergaciones. A la fecha, nadie sabe a ciencia cierta qué pasará este 2 de abril y de ahí en adelante. Si se consolidan tasas arancelarias efectivas de 12-15%, las más altas desde la Segunda Guerra Mundial, la inflación podría estar entre 3.5%-4%, lo que afectaría seriamente el escenario de reducción de tasas de interés que se tenía a fines del año pasado. Este aumento de la incertidumbre se ha incrementado por la posición antagónica frente a los aliados históricos de EE.UU. con discursos y formas muy agresivas, que añaden inquietud respecto a qué ocurrirá con las reglas de juego en el futuro para las relaciones comerciales y de inversión con estos socios históricos.
En segundo lugar, la inconsistencia en la aplicación de las políticas económicas. Se puede entender que dos medidas inconsistentes entre sí por sus efectos, pero que cuentan con el apoyo masivo de la población, se apliquen, pero de manera inteligente, minimizando estos efectos negativos. Eso no ha ocurrido especialmente con la política migratoria y la política arancelaria. Me explico. La política arancelaria se implementa para aumentar la demanda en producción interna de determinados bienes; eso tiene un aumento en producción, pero también en precios. En este escenario se debería hacer todo el esfuerzo por que los mercados de factores (especialmente el mercado laboral) funcionen lo mejor posible, de tal forma que se mitiguen los efectos sobre inflación, dado que aumentaría el empleo, pero con impactos marginales en salarios. Pero si, en vez de eso, ponemos presión sobre el tema migratorio, entonces la escasez de mano de obra en sectores críticos, como agricultura, construcción y servicios, tendrá una fuerte presión sobre costos laborales, de tal forma que se afectará negativamente a la producción y positivamente a la inflación. Él no sabe manejar inteligentemente estas dos políticas y ha generado problemas en algunos estados y algunos sectores, con fuertes aumentos de precios en algunos productos. Este ha sido el gran detonante del cambio de expectativas.
Un tercer factor se refiere a la falta de institucionalidad y de respetar ciertos principios democráticos básicos, que van en contra de la gran tradición norteamericana. Dado el control en las dos Cámaras, se han tomado decisiones ejecutivas cuestionables y se han hecho declaraciones inapropiadas sobre la independencia de la Reserva Federal y el propio Poder Judicial. Esto no tiene impacto directo en los mercados, pero sí termina generando gran preocupación en los agentes económicos.
Más allá de afectar a su país, el actual gobierno de Trump ha alborotado a todo el mundo. En la medida en que sigan estas políticas inconsistentes, se afectará el crecimiento mundial, siendo los más perjudicados, además del propio EE.UU., Canadá (que entraría en recesión) y México (que crecería entre 0-1%), dado que el 80% de sus exportaciones van a EE.UU. Por otro lado, el impacto sobre China sería menor, que, en vez de crecer cerca de 5%, estaría en torno al 4%, aunque continúan sus problemas internos con el tema inmobiliario y la baja demanda interna. Al Perú lo afectaría marginalmente a través del impacto en precios de materias primas, salvo que nos pongan aranceles específicos, cosa que es muy poco probable.
El principio fundamental que tiene que entenderse es que hay políticas económicas que funcionan y otras políticas económicas que no funcionan. Si hay un tema político que condiciona la implementación de la política económica, esto debe verse como una restricción a ser minimizada, no como el objetivo a maximizar.