Por: León Trahtemberg
Diario Correo, 5 de Mayo del 2023
Una de las paradojas más dolorosas para los profesionales y empresarios es la del divorcio entre las empresas que buscan profesionales y técnicos calificados, que no están satisfechas de los profesionales y técnicos que se ofrecen para ser empleados por dichas empresas. Ambos se quejan. Unos, de no encontrar en el mercado lo que buscan. Los otros, de no ser considerados aptos para los empleos a los que postulan. ¿Qué falencias señalan los empleadores?
1). Carencia de habilidades básicas de lectura y escritura, leer y entender instrucciones, ejecutar lo solicitado por escrito
2). Limitadas habilidades técnicas para manejar y reparar maquinaria y otros equipos importantes en sus trabajos con los que no están familiarizados.
3). Deficiencias en habilidades socioemocionales para trabajar colaborativamente en equipos, comunicarse efectivamente, tomar iniciativa y ejercer el liderazgo en el momento apropiado, y sobre todo resolver problemas que no están resueltos en los manuales
4). Dificultades para la adaptación inicial al entorno de trabajo y para aprender rápidamente y por iniciativa propia las habilidades requeridas para el trabajo.
La pregunta que cae por su peso es qué experiencias en la educación escolar y en educación superior favorecen el desarrollo de esas habilidades, y hasta qué punto el modelo educativo vigente más bien se constituye en un freno para esos aprendizajes.
Una educación que tiene a la vista la dimensión laboral de los egresados, está obligada a reformular el enfoque educativo vigente activando aquello que expanda las opciones laborales de los egresados.