Comentario de Lampadia:
Como los medios locales no están haciendo seguimiento de la propuesta de reforma laboral del gobierno socialista francés, líneas abajo publicamos la nota editorial del diario La Tercera de Chile sobre la suerte de este difícil emprendimiento político de Francia. Ver en Lampadia: Reforma laboral francesa: flexibilidad o más desempleo y El altar del laboralismo se rinde a la ‘dura prueba de la realidad’.
Editorial La Tercera
18 de mayo de 2016
El Presidente francés François Hollande enfrenta una de las más intensas olas de protesta de sus cuatro años en el poder luego que decidiera despachar la nueva ley laboral recurriendo a sus poderes especiales y sin la aprobación del Parlamento. Según el primer ministro Manuel Valls, uno de los artífices de la reforma, la medida busca flexibilizar el mercado del trabajo y reducir los costos del despido para reactivar la economía y fomentar la creación de empleo en un país donde la tasa de desocupación supera el 10%. Los críticos aseguran que la ley debilita a los sindicatos y genera un desequilibrio entre trabajadores y empresarios.
La norma surgió en parte tras las exigencias de los principales socios europeos de Francia para que ese país avance hacia la modernización de su economía, termine con la rigidez de su mercado laboral y reduzca el alto déficit público. Sin embargo, la falta de respaldo político del Mandatario obligó a hacer una serie de modificaciones que pueden terminar limitando los efectos que se espera de la nueva norma y que generaron el rechazo no sólo de los trabajadores sino también de los empresarios. Si bien se da más flexibilidad para lograr acuerdos fuera de la negociación colectiva, se elevan los costos para los empleadores en los contratos temporales y se refuerza el poder de los tribunales para definir la validez de ciertas causales de despido.
En un inicio la reforma apuntaba en la dirección correcta, favoreciendo una mayor flexibilidad laboral; sin embargo, aún resulta prematuro adelantar si, tras los cambios realizados, logrará su principal objetivo: aumentar la creación de puestos de trabajo. Lo que sí queda en evidencia tras la tramitación de la norma es la debilidad política del Presidente Hollande, que incluso enfrenta una rebelión dentro de su propio partido y carece de apoyo parlamentario. Se trata de un escenario que favorece su actitud errática y compromete la capacidad de su gobierno para concretar los cambios que permitan reactivar la economía y crear empleo.
Lampadia