Juan Stoessel
Perú21, 15 de diciembre del 2024
“Durante años estuvimos perfecto yendo a Migraciones sin cita, pero de un tiempo a esta parte es un calvario. Que las autoridades no hagan nada al respecto invita a suspicacia”.
El Ministerio de Cultura (Mincul) anunció el cronograma para la venta de boletos a Machu Picchu en 2025. Las fechas se abren en forma escalonada. Si alguien quiere tickets para los primeros días de enero, debe esperar hasta el 19 de diciembre. Las entradas para el 12 de enero están disponibles desde el 3 de enero. Para abril, los boletos pueden adquirirse a partir del 15 de enero, etcétera. En lugar de hacer las cosas más simples y centradas en el consumidor, insistimos en ir por el camino contrario.
El sistema que se utiliza no permite tener abiertas todas las fechas de una misma vez. No sería problema si habláramos de entradas para el cine del barrio. Pero, para un extranjero, un viaje a Machu Picchu es algo que se planifica con mucha anticipación, especialmente quienes vienen de Norteamérica, Europa o Asia. Si los tickets no están disponibles con la antelación que el visitante requiere, entonces estamos haciendo las cosas al revés. A las agencias de viaje no les queda otra que vender los tours, confiando en que cuando se abran las fechas podrán conseguir boletos. O sea, casi diciendo: “Vamos con fe”. Lamentablemente, es lo único que pueden hacer, dado que la alternativa sería no vender.
Por supuesto, nada de esto es novedad. Sabemos que el turista long-haul se organiza 1 año antes y que el sistema no está diseñado para vender con esos plazos. Sabemos también que Machu Picchu es la razón principal de su viaje, no es un nice-to-have. Si al arribar al Perú resulta que no se consiguió el ticket, sería gravísimo. Sin embargo, de nada vale ser conscientes de todo esto si no hacemos nada al respecto. Lo increíble es que haría la vida más fácil a las agencias de viaje, a los turistas, al propio Mincul y a las comunidades locales, que recibirían los ingresos por la venta de entradas desde antes.
Este no es un caso aislado, es un patrón. Las 1,000 entradas para venta directa en Aguas Calientes, el monopolio de los buses de Consettur, son dolores de cabeza recurrentes que arrastramos año tras año sin resolverlos. Perjudican la experiencia del viajero, comprometen la imagen del destino y del país. Pero nadie se quiere comer el pleito. Mientras así sea, se repetirá la historia.
Otro ejemplo de algo inaceptable que termina convertido en el statu quo: las citas para renovar pasaporte. Durante años estuvimos perfecto yendo a Migraciones sin cita, pero de un tiempo a esta parte es un calvario. Que las autoridades no hagan nada al respecto invita a suspicacia. ¿El perjuicio de cientos de miles a cambio del beneficio de unos pocos?