Por: Juan Stoessel
Perú21, 7 de Mayo del 2023
“Es momento de pisar el acelerador y poner al Perú entre los países top del turismo mundial”.
Tres buenas noticias. Uno, asfaltaron la Av. Faucett. Por tres largos años, el camino al aeropuerto fue un reguero de baches, que destrozaba llantas y dejaba en los turistas una imagen de infinita precariedad. Dos, reabrieron las tiendas en el aeropuerto de Cusco. Corpac las mantuvo cerradas desde la pandemia, privando a los viajeros de algo básico como comprar una botella de agua. Tres, también en el Velasco Astete. El estacionamiento vuelve a operar. En los últimos años, ni autos ni taxis podían ingresar, obligando a los visitantes a arrastrar maletas hasta la calle por un taxi –tercermundismo puro y duro-. Los tres problemas resueltos. Eran simples, elementales, pero, en el nefasto (des)gobierno anterior, tuvimos un Ejecutivo incapaz de resolver algo básico. Por lo mismo, destacamos estos pequeños logros que nos muestran que las cosas vuelven a funcionar.
Pero no vamos a contentarnos con lo elemental; toca elevar nuestras miras y preparar el despegue del sector. Hay mucho por hacer. Empecemos por tres quick wins que esperamos el Ejecutivo recoja:
-El Centro de Convenciones de Lima: se diseñó para megaeventos, pero apenas se usa para eventitos. Debe concesionarse a una empresa experta, no al Ministerio de Vivienda, que lo ponga en valor para insertarnos de lleno en el circuito internacional de eventos. El turista corporativo es de alto valor. Con dos grandes eventos al mes, se inyectarían al año US$240 millones extra.
-El Museo Nacional en Pachacamac: se inauguró hace dos años. Infraestructura de última generación, capaz de albergar toda la historia y culturas peruanas, pero no se hizo la museografía, así que yace semivacío. ¡Pongamos operativo el museo! Este atractivo traería una noche adicional de estadía, que podría traducirse en otros US$250 millones al año.
-El acceso terrestre por las fronteras norte y sur demoraba una hora (dos en momentos pico). Hoy toma hasta seis horas, lo que desincentiva a turistas de Ecuador y Chile. Los ingresos diarios vía Tacna se han reducido a 1/3 de /lo que eran. Llegar a la meta fijada por Mincetur de 2.5 millones de turistas extranjeros en 2023 será imposible si no lo solucionamos. La Cancillería debe lograr acuerdos con sus pares vecinos que permitan mejorar los tiempos de entrada. Ellos necesitan turistas, nosotros también, sería un win-win.
Es momento de pisar el acelerador y trabajar en pro del gran objetivo: poner al Perú entre los países top del turismo mundial.