Juan Manuel Benites
Perú21, 22 de enero del 2025
«Hoy, más que nunca, debemos apostar por un modelo que integre la conservación ambiental con el desarrollo económico. El enfoque de paisajes sostenibles y productivos abre la posibilidad de armonizar ambas dimensiones», manifestó Juan Manuel Benites.
La reciente declaración del 12 de febrero como el Día de la Amazonía Peruana nos invita a reflexionar sobre el futuro de esta región, su importancia estratégica y las oportunidades que representa. La Amazonía, con su inmensa biodiversidad y riqueza cultural, no solo es un espacio vital para la sostenibilidad ambiental global, sino también un territorio con un potencial productivo extraordinario que, gestionado de manera responsable, puede transformar la vida de millones de peruanos y generar un desarrollo económico sostenible.
Hoy, más que nunca, debemos apostar por un modelo que integre la conservación ambiental con el desarrollo económico. El enfoque de paisajes sostenibles y productivos abre la posibilidad de armonizar ambas dimensiones. Este modelo no solo promueve el manejo responsable de los recursos naturales, sino que impulsa actividades económicas que generan riqueza, reducen la pobreza y ofrecen alternativas viables para las comunidades locales. Entre las actividades con mayor potencial destacan el cultivo de palma aceitera, café, cacao, madera, bambú y otros productos que, implementados con buenas prácticas agrícolas y forestales, pueden ser el eje de una bioeconomía que respete los ecosistemas y garantice beneficios económicos a todos los actores involucrados.
Un ejemplo tangible de este enfoque es el proyecto Amaquella, ubicado en Ucayali, que busca consolidarse como un modelo de sostenibilidad y productividad en la Amazonía. Este proyecto representa una oportunidad única para articular esfuerzos entre el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el Gobierno Regional de Ucayali (GOREU) y actores locales, priorizando la conservación de los ecosistemas y el desarrollo económico inclusivo. Amaquella tiene el potencial de regenerar paisajes degradados, integrar a pequeños productores en cadenas de valor sostenibles y demostrar que es posible lograr un equilibrio entre producción y conservación. Su éxito depende de la voluntad política y del compromiso de todos los sectores para asegurar los recursos y la implementación efectiva de sus iniciativas.
La reciente apertura del puerto de Chancay marca una oportunidad sin precedentes para el agro nacional, especialmente para la Amazonía. Este puerto, clave para el comercio internacional, ha despertado el interés de inversionistas globales, muchos de los cuales participaron en el reciente foro de APEC. Durante estas reuniones, varios grupos, incluidos importantes capitales chinos, manifestaron su intención de fortalecer su presencia en el sector agropecuario amazónico. Cabe destacar que China ya es uno de los principales mercados para nuestros productos y, con estas nuevas perspectivas, podría consolidarse como un socio esencial en el desarrollo de proyectos productivos en la región.
La integración de cultivos rentables en cadenas de valor sostenibles se presenta como una herramienta poderosa para reducir la presión sobre los bosques, generar empleo formal y diversificar la economía local. Estas actividades no solo contribuyen a la regeneración de paisajes degradados, sino que transforman áreas abandonadas en fuentes de riqueza y vida.
El Día de la Amazonía Peruana debe ser un llamado a la acción. No podemos conformarnos con una celebración simbólica; debemos aprovecharla como un punto de partida para construir un futuro donde la Amazonía sea un espacio de oportunidades reales para todos los peruanos.