El reciente estudio del economista Enrique Vásquez pone sobre el tapete una interesante cuestión de orden sobre las complejidades de la pobreza: cómo definimos y determinamos esta condición, además cuántas personas (cuentas) obtendremos con las distintas metodologías y, lo que es más importante aun, cuál es la tendencia de las mismas en el tiempo.
El estudio del profesor Vásquez propone utilizar un índice de pobreza multidimensional (IPM), compuesto por nueve variables, para ajustar el diseño y la ejecución de los programas sociales. Con esta metodología, se calcula que para el Estado Peruano son invisibles cerca de 3,6 millones de peruanos en esta condición.
Hay que anotar, en primer término, que el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) trabaja con una visión multidimensional compuesta por cuatro variables, bien acotadas hacia mejores políticas sociales en mi opinión.
En todo caso, ¿es imprescindible trabajar con cuentas no monetarias? En principio, no. Como sostiene el economista Surjit S. Bhalla en “Imaginen que no existen los países” (2002), al final todo es cuantificable en términos monetarios, razón por la cual los principales organismos internacionales tienden a cuantificar la pobreza por esta vía. Esta metodología parte, como se sabe, por construir una canasta de bienes y servicios que considere todo aquello necesario para la sobrevivencia con un mínimo de calidad de vida. Esta canasta es luego costeada y se utiliza entonces como línea de base para determinar cuántas personas viven por debajo de la misma (conocida entonces como “línea de pobreza”).
En el mundo, cada país determina su propia línea de pobreza. Martin Ravallion, economista del Banco Mundial (BM), encuentra decenas de estas en un rango que fluctúa desde el famoso “dólar al día” (US$1) hasta los US$45 al día de Luxemburgo.
El BM, organismo líder en esta rama, trabaja la pobreza extrema a base de una línea de US$1,25 al día (Chen y Ravallion, 2008). En el Perú, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) considera una línea de S/.143 por mes (por persona), lo cual –llevado a dólares en paridad de compra (PPP)– sería cerca de US$2,90 al día (en este sentido, estaríamos sobrestimando las cuentas de pobreza extrema frente a la línea del BM).
Por supuesto, cada país es libre de situar sus líneas de base y nosotros no somos la excepción. Si debemos situarla en línea con el BM u otra canasta según nuestra realidad, esto es un tema técnico que le compete al organismo encargado. En este sentido, creemos que el INEI ha ido mejorando sus metodologías y prácticas, por lo cual no deberíamos cambiar la vía de referencia mundial.
Si de utilizar otros métodos para fines de política pública se trata, ello ya se hace desde la concepción del Midis. Lo importante es que, por la vía que se mida, las cuentas de pobreza se han reducido significativamente en los últimos dos decenios. Por ello, debemos seguir bregando en la tarea de crecer económicamente.