Hurtado Miller: “Que Dios nos ayude”
Comentario de Lampadia:
Juan Carlos Hurtado Miller ha dado varias entrevistas el fin de semana pasado sobre el ‘shock de precios’ que tuvo que diseñar y anunciar al país hace 25 años, el 8 de agosto de 1990.
Este fue probablemente uno de los eventos más fuertes y determinantes de nuestra historia reciente. Un gobierno elegido en oposición al ajuste de la economía, tuvo que hacerlo, pues habíamos llegado a la última lona y la ficción del ‘no-shoch’ no daba para más.
Para ilustrar este momento reproducimos a continuación un gráfico de inflación del diario El Comercio, que es muy impresionante:
Asimismo, adjuntamos un cuadro que resume los ajustes de precios más importantes. En algún caso, como en el del frejol canario, el ajuste determinó que su precio se multiplicará por 12.
Este evento permitió la eventual recuperación de la economía peruana, la disminución de la pobreza y la aparición de la nueva clase media peruana, sobre lo que hemos publicado mucha información.
Por ello, esta suerte de ‘big-bang’ del nuevo Perú debe darse a conocer, pues con el ajuste de precios (el regreso al mundo real) y, posteriormente, con la Constitución de 1993, pudimos volver a jugar el partido del desarrollo. A continuación glosamos la entrevista de Mariela Balbi a Hurtado Miller en El Comercio (9/8/15):
A 25 años del ‘fujishock’, conversamos con quien anunció al país la medida y culminó su mensaje con “Que Dios nos ayude”
En 1990, el Perú tenía una hiperinflación galopante. Como ministro, Juan Carlos Hurtado Miller tomó una decisión corajuda para detener el deterioro nacional. Luego se metió con Montesinos, esa es otra historia.
Hace 25 años, el 8 de agosto, usted anunció el ‘fujishock’ al país. Finalizó diciendo: “Que Dios nos ayude”. ¿Quién ideó la frase o fue algo espontáneo?
Fue planeada entre Augusto Bedoya, Felipe Ortiz de Zevallos y quien habla. Antes nos habíamos reunido con monseñor Ricardo Durand Flórez, quien nos ayudó tanto. Se habló de que era necesario dar un mensaje de fe. Monseñor nos insinuó frases. De la reunión con Felipe y Augusto Bedoya salió la frase. La redacción final del mensaje la hizo Felipe con la maestría que él tiene escribiendo.
¿Ensayó?
Nada. Fuimos directamente al Canal 5, donde estaba Héctor Delgado Parker. Antes estuvimos discutiendo con el Consejo de Ministros el mensaje desde las 8 a.m. Había desacuerdos. A las 7 p.m. dije: “Bueno, quien quiera me acompaña”. Me fui al canal y comenzamos a escribir el ‘teleprompter’, por eso salimos a las 9 p.m., cuando estaba anunciado a las 7 p.m.
¿El presidente Alberto Fujimori estaba convencido de ello?
Habíamos conversado con él sobre el programa, pero no sabía los detalles de cuánto costarían la leche, la gasolina. Sabía que era necesario, él es matemático. Había conversado con el jefe de asesores Daniel Schydlowsky, era partidario del gradualismo. Pero lo convencimos de que era necesario. Yo lo respetaba mucho, fue mi profesor. El debate fue duro. Finalmente aceptó porque es un hombre inteligente y nuestras razones eran técnicas. No había otra forma de detener el exceso de demanda que con un ‘shock’ de precios.
¿Quién hizo el cálculo de precios?
El viceministro de Hacienda, Alfredo Jalilie. Tenía tres o cuatro alternativas de precios que discutimos. Llevamos precios al valor real. En algunos nos excedimos y los meses siguientes hubo deflación. Los empresarios habían adelantado sus precios, y como hicimos el ‘overshooting’ con el dólar, no lo mandamos muy alto. Ellos comenzaron a soltar inventarios, se redujeron precios y hubo deflación.
¿Tuvo miedo?
Sí, claro. Mucho miedo y, sobre todo, mucho dolor de afectar a la gente. Pero en setiembre la inflación era de 7.400% y había gente que no tenía qué comer. Hablamos con el cardenal de Lima Augusto Vargas Alzamora y con Ricardo Durand para preparar el programa de desarrollo social. Se formó un grupo de 11 personas, presidido por Percy Vargas. Durante 20 semanas, dimos a este comité cinco millones de dólares a la semana. En el comité estaban el Vaso de Leche y Comedores Populares, Ofasa, Care, y distribuían el dinero. El 40% del presupuesto lo manejaba Cáritas, con Ricardo Durand. Él se puso la camiseta y se logró alimentar a siete millones de personas.
Evitaron una revuelta popular.
Claro. Al día siguiente, fui a una misa en el Callao de monseñor Durand. Cuando llegué, no había nadie. RPP pasó la voz y al finalizar la iglesia reventaba de gente. Tenía miedo de salir temiendo una protesta, pero la gente aplaudió fuertemente. Tenían esperanza de que se corrigieran las cosas. Me di cuenta de que habíamos hecho lo correcto. El ‘fujishock’ era duro, pero necesario. A partir de ahí comenzó a bajar la inflación y hasta hoy se mantiene. En 25 años no ha habido necesidad de dar otro ‘shock’ de precios. Una estabilidad total. Todos los gobiernos siguieron ese programa. No han cambiado los ejes de la economía: dólar y tasa de interés, manejados por el BCR. Y el Ministerio de Economía maneja: aranceles, presión tributaria y precios públicos.
¿Hablaron con otros sectores?
Sí, con la Confiep. Jorge Camet la presidía. Acordamos un subsidio con los sindicatos de transportistas y dimos un subsidio al pasaje. Con la CGTP y otros gremios nos reunimos, claro. Nadie sabía la magnitud del paquete. Solo poquísimas personas.
¿Ha conversado con el ex presidente Alan García sobre esto?
Algunas veces. Él es un gran líder político. Su segundo gobierno reivindicó los errores que cometió. Hizo un magnífico gobierno, aun con los defectos que pudo haber. En mi opinión, erró en hacerle caso a Daniel Carbonetto y su heterodoxia. Alan era joven, 36 años. Él se ilusionó mucho porque con sus medidas el PBI creció 8% los dos primeros años. Pero cuando inflas algo, termina derrumbándose.
Ud. se quedó 7 meses en el Ministerio de Economía. ¿Por qué?
Había que controlar los precios, hacer un programa de estabilización. También incorporar al Perú al sistema financiero, hacer las reformas de políticas públicas y las privatizaciones. Me fui porque era el momento propicio y Carlos Boloña inició la reforma pública. No hubo un detonante.