José Luis Gil
Perú21, 25 de julio del 2024
Todo parece indicar que luego de 25 años de “chavismo” en Venezuela, el sistema socialista llegará a su fin este 28 de julio, luego de que las urnas, con el voto mayoritario de los venezolanos de bien, castiguen a Nicolás Maduro y su gobierno dictatorial. Desde que Hugo Chávez irrumpió en la vida política pretendiendo hacer su “revolución bolivariana”, tras el fallido golpe contra el presidente Carlos Andrés Pérez en 1992, las condiciones de miseria y sufrimiento de los ciudadanos no han cesado.
La gran “estafa” de Hugo Chávez contra Venezuela, igual que Fidel Castro en 1959 cuando derrotó al otro dictador Fulgencio Batista, fue que ambos ofrecieron independencia y que nunca serían socialistas o comunistas. La historia ha demostrado que mintieron de manera flagrante para someter al país llanero a un socialismo salvaje del que hasta hoy no pueden desprenderse.
El trabajo en las calles de María Corina Machado que apoya la candidatura de Edmundo González Urrutia de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), ha sido monumental y multitudinario en la tarea de aglutinar un apoyo de los ciudadanos. Sin embargo, no debemos olvidar que el populismo de Maduro y los actos de corrupción en las fuerzas del orden podrían “garantizar” la lealtad y la “seguridad” que se quedará en el poder por tercera vez de todas formas o “por las buenas o por las malas” como ha dicho. Faltando una semana para los comicios, el lenguaje de este se ha tornado más violento y amenazante, al margen de las acciones saboteadoras de la campaña de sus opositores, llegando incluso a detenciones arbitrarias.
Uno de los golpes menos esperados contra Maduro han sido las declaraciones de su “primo” ideológico y político, con quien la Venezuela socialista ha compartido tantas jornadas y tantos foros en torno a esta corriente ideológica, quien en una conferencia de prensa dijo: “Me asusté con la declaración de Maduro de que si pierde habrá un baño de sangre; cuando pierdes, te vas”.
Las palabras de un “aliado” como el presidente Lula da Silva, la tercera mejor economía de Sudamérica, deben ser una llamada de atención para Maduro si persiste en su “baño de sangre” si pierde, y saber que de imponerse a la mala en el poder, le haría perder esos aliados que harían que su tercer e ilegítimo mandato durara muy poco. Fuerza, Venezuela, falta poco para la libertad.
El daño que han infligido por décadas a un otrora país rico y pujante como Venezuela por los sueños de opio del socialismo llegaría a su fin, dejando en la agenda una ardua labor de reconstrucción social y económica y con la esperanza de que millones de venezolanos que tuvieron que huir de su país, retornen y participen en esa gran reconstrucción, porque la necesitarán. ¡Sí se puede!