Por: José Luis Gil
Perú21, 23 de noviembre del 2023
El perfil del nuevo ministro debería recaer en alguien que tenga un liderazgo capaz de generar un mayor compromiso en la lucha contra la criminalidad.
El nombramiento del nuevo ministro del Interior, el general en retiro Víctor Torres Falcón, ha generado revuelo en el ambiente político y el sector Interior, en el sentido que se cuestiona si el recién nombrado tiene el perfil adecuado para el puesto. Desde esta tribuna no nos vamos a sumar a la crítica sin sentido, o aquella que ponga en duda la honorabilidad del ministro Torres, más aún si no se han mostrado las pruebas.
Creemos que nuestros lectores necesitan recibir razonamientos técnicos que les permitan comprender el porqué de las decisiones del Ejecutivo y cuál es la trascendencia de estas en el quehacer nacional, en especial, en el álgido tema de la inseguridad ciudadana.
Un día antes de la elección del ministro, en entrevista que dimos al periodista Mario Ghibellini, en Canal N, planteamos que el perfil del nuevo ministro debería recaer en alguien que tenga un liderazgo capaz de generar un mayor compromiso en la lucha contra la criminalidad; que tenga visión estratégica de los fenómenos criminales, que sea experto en inteligencia, un gestor con experiencia en el gasto que favorezca las operaciones de inteligencia; que “saque la cara” por su Policía cuando esta fuera víctima de ataques de los medios o de jueces y fiscales como consecuencia de sus actos funcionales y que se concentre en el delito menor, el crimen callejero. También es posible que se designe un ministro político, o, lo que es mejor, uno que tenga ambas características, de político y de técnico.
Lamentablemente, si contrastamos lo dicho con la elección del señor Víctor Torres Falcón, no encontramos una relación entre el perfil propuesto con tal designación. Al menos podemos confirmar desde esta tribuna que, salvo lo filtrado en redes sociales, desconocemos si tiene capacidad de liderazgo (en la Policía todos se conocen), o que haya participado en algún proyecto sobre visión estratégica (trabajó en el Estado Mayor de la PNP), no se le conoce en el sistema de inteligencia policial (salvo sus actividades profesionales como jefe del Frente Policial Vraem), ni acciones de reconocimiento de los efectivos por sus capacidades, y mucho menos, experiencia en estrategias sobre el combate contra el crimen callejero.
En síntesis, son pocos los argumentos para sostener que el señor Torres Falcón es un ministro técnico. Por el contrario, creemos que el premier Otárola ha preferido un ministro político entonces, aunque tampoco tengamos datos sobre esas capacidades del elegido. Por otro lado, lamentamos que no se haya elegido al general José Baella, Víctor Rucoba (con experiencia de gestión además), o expertos como el general Jorge Cárdenas Sáenz o Gustavo Hannanel y otros, cuyas experiencias operativas podrían haber servido en estas circunstancias tan complejas y violentas para el país. Hacemos votos porque el nuevo ministro ponga todo de su parte, su experiencia y la fuerza de la Policía Nacional para lograr los objetivos de llevar paz al país. ¡Sí se puede!